El teléfono vibró, era Victoria.
-Hermanito.-Lo saludó.
-Qué haces loca.
-Acá ando.-Suspiró.
-¿Qué te anda pasando?-Peña la conocía, sabia que algo no andaba bien.
-Nada, sigo un poco impresionada por lo de Horacito, no estoy durmiendo bien.
-Es una mierda todo eso, pero el chango se la ha buscado.
-¿Cómo que se la ha buscado?
-Nadie se suicida de dos tiros.
-Pero Horacito ha estado mal siempre, un montón de veces me ha venido llorando y con los problemas con Horacio padre.
-Eso era porque te ha tenido ganas siempre.-Se quejó y tomó un sorbo del vaso de jugo caliente que tenia a su lado.
-Vos has estado celoso de él por eso.
-No tanto…
-¿A no?-Victoria se rió.-Crees que no se que has sido vos con Ger, Pablo y el Ruso los que le han roto el autito que tenia.
Juan se quedó mudo, recordó esa noche de verano cuando volvía con sus amigos después de un partido de fútbol 5 y de tomarse unas cuantas cervezas, y cruzaron el Súper Europa de Horacito estacionado al frente de una casa del barrio Ofempe.
-Ahí esta el que se la coge a la Victoria Gordo.-Le dijo el Ruso.
-Encima la hace arar con la Yani.-Metió púas Ger y todos se rieron.
-Ese culiadito, cae al depto como si nada boludo-Refunfuñó el pequeño Peña ante sus amigos.
-Lo has odiado siempre Juani.-Le dijo Victoria, pero él seguía pateando las anchas calles de tierra del Ofempe unos diez años en el pasado. Caminaron una cuadra más, pasándose la botella descartable de donde tomaban Norte ya casi hervida y mearon detrás del templete de la plaza Evita. Ger cantó alguna canción como lo hacia siempre y el Ruso lo puteó como lo hacia siempre.
-Se está aprovechando que no está mi viejo.-Soltó Juan en voz baja.
Pablo ya andaba detrás de la hermana y comenzaba a odiarlo, por eso propuso cagarlo a palos entre todos.
-Que pingo, nunca hemos peleado bien, le tendríamos que decir a alguno de la Pre que lo agarre.-Ger se sacudió la poronga y la volvió a meter dentro del short.
-Le voy a hacer pingo el 128.
-¡Si culiao!-El Ruso tiró la botella al piso.-Que se cague, ese es un hijo de puta.- El mas precavido había hablado, la cosa no se iba a hacer para atrás.
-¿Y si sale y nos ve?-Se cagó un poco de miedo Ger.
-Lo agarramos entre los cuatro.-Pablo habló despacio, con voz profunda.
Volvieron sobre sus pasos y como pocas veces, Juan iba a la cabeza del grupo, era su hermana a la que se querían mover, era a su departamento en San Miguel al caía con pizza Horacito. Del piso levantó dos piedras mas grandes que un puño, ideales para el laburo. En silencio el Ruso y Ger lo imitaron, Pablo en cambio sacó un llavero de su bolsillo.
-Encima era hermoso el autito, de ahí ya no me ha dado mucha mas bola, bueno, hasta el día que me he casado y me ha hablado por teléfono.-Vic seguía hablando, recordando a su pretendiente recién muerto.-Celeste, había laburado como loco para arreglarlo para correr en el rally.
Los cuatro llegaron hasta el auto, se miraron un segundo y lo rodearon. Peña se recordó a si mismo que él era el hombre de la casa, que tenia que proteger a su familia de pocos, por eso se puso al frente del auto, levantó la mano derecha, siñó los dientes y la soltó. La piedra rebotó contra el parabrisas, casi al mismo tiempo que la de la mano izquierda, las piedras de sus amigos y la carrera de Pablo rayando lo más que podía la pintura celeste metalizada.
-No se nos veían las patas de cómo hemos corrido, pero siempre en Alberdi se termina sabiendo todo.-Le dijo Juan a su hermana.
-Claro, pero bueno, has cumplido con tu misión ¿no?
-Era un cagón.-Los dos se quedaron en silencio un rato.- ¿Querés saber que se?
-Si.
-No se por cual decidirme.-Se rió y volvió a quejarse.
-¿Tan así?
-Si.
-No quiero enterarme entonces, prefiero no darle mas bola al tema.
-Ya está muertito.
-Bueno, por lo menos no le vas a andar rompiendo más los vehículos.
18/9/11
14/9/11
Rastrillando
Se puso un jean, una camisa y un chaleco polar. Volvió a calzarse los anteojos y lo cargó a Willie a su lado en la camioneta.
-Como te gusta callejear trolo.-Le dijo al comportado bull terrier que apenas movió la cola cuando lo habló, iba muy concentrado en lo que sucedía en la calle.
Ni bien llegó a Alberdi Roly, a eso de las doce, le mandó un sms que decia que lo esperaba en Marola, que ya había pedido asado.
-Nunca me voy a hartar de comer en Marola.-Pensó mientras sonreía y contestaba un simple OK.
Cuando estacionó notó que un helicóptero pasaba por encima de su cabeza, y se quedó mirándolo como seguramente se quedaron mirando muchos de los pocos acostumbrados alberdianos, Willie en cambio encaró un gomero que había por ahí y lo bautizó con su pis.
-Portate bien adentro ura.-Le dijo cuando lo enganchó con la correa, pero Juan iba tranquilo, a él lo dejaban entrar con el pequeño soldadito.
-¡Eh! El narizudo.-Exclamó Roly cuando vio que los dos regordetes se acercaban hacia su mesa.-Hacia rato que no lo veía, pensar que me has costado un kilo de café.-Lo acarició y recién le dirigió la palabra a Juan.-Compadre, venga coma el quesito, que esta muy bueno.
Juan se acomodó en la mesa y levantó la mano saludándolo al dueño del restaurante, que inmediatamente se acercó con una bandejita con agua para Willie.
-Este perro está bien criado amigo,-Se dirigía a Mamaní.-por ahí vienen las viejas con esos perros peludos y lo único que hacen es morder gente.
Cuando se alejó después de una pequeña charla, Juan se recostó en su silla, palmeó su panza y le preguntó a Roly:
-¿Qué onda?
-Mucho movimiento, han mandado cincuenta de la Seccional Sur, yo he traído seis de los míos y hasta el helicóptero anda, además bueno, hoy ha habido una reunión y se han dividido las zonas para buscarlo al chango éste.
-¿Vos estas de capo del operativo?-Le preguntó con la boca llena de pan con roquefort y manteca.
-No, yo estoy con los de Homicidios, hay un comisario de la Seccional Sur y también anda dando vueltas el Sub Jefe de la Policía y gente del gobierno.-Los indicó con el mentón a los hombres que comían en una mesa en la otra punta del salón.
-Que raro que no estés ahí.
-Me han invitado, pero bueno, les he dicho que iba a comer con un amigo y he llegado medio tarde de gusto.
-Claro.
Los dos se quedaron callados, en realidad todo el comedor se quedo callado, porque en el informativo del Canal 10 hablaba el Comisario Saso sobre el operativo. Marola subió el volumen:
-…y seguiremos con los rastrillajes mas exhaustivos en la zona de Escaba y el limite con Catamarca.
-Está complicado el tema.-Dijo Rolando.
-¿Por qué che?
-Porque han pasado varios días, el celular ya se le ha quedado sin pila, porque antes las llamadas le entraban y era como si no contestara, ahora manda al contestador ahí nomás.-Puso una cara de velorio tremenda, bastante adecuada para su voz baja y manos entrecruzadas sobre la mesa.
-Que culiao…
-Si, yo no se si se le habrá caído en algún lado, capaz que lo ha tirado por la ventanilla, pero bueno, yo creo que siempre lo ha tenido encima.
-¿Qué se comenta adentro Compadre?
-Y eso me vas a tener que ayudar a averiguar vos, yo no me he metido mucho, con la familia ha hablado Saso y con nadie mas, los de la fiscalia han dado intervención, pero ni han pintado.
-¿A dónde te han mandado?-Preguntó Peña después que Víctor pusiera entre él y el policía de civil una parrillita que rebosaba en carne y achuras.
-¿A mi? A esperar, los changos míos han comido hace rato y se han ido a las camionetas a dormir un rato, pero hoy nomás vamos a volver a San Miguel.
-¿No te querés quedar en mi casa?
-No, gracias hermanito, pero va a convenir que esté allá, si llegan a encontrar un fiambre recién voy a volver y a no hacer mucho, esto es todo propaganda política.
-Claro, si me parecía raro que estés acá boludo, si vos sos de Capital.
-Si, pero los del Sur no tienen ni aca, nosotros le vamos a tener que prestar todo.
-Material, gente…
-Y si, no hay que dejar que se los afanen.-Le tiró un hueso de costilla con bastante carne al perro que estaba dormitando a los pies de Juan.
adolfo =D
-Como te gusta callejear trolo.-Le dijo al comportado bull terrier que apenas movió la cola cuando lo habló, iba muy concentrado en lo que sucedía en la calle.
Ni bien llegó a Alberdi Roly, a eso de las doce, le mandó un sms que decia que lo esperaba en Marola, que ya había pedido asado.
-Nunca me voy a hartar de comer en Marola.-Pensó mientras sonreía y contestaba un simple OK.
Cuando estacionó notó que un helicóptero pasaba por encima de su cabeza, y se quedó mirándolo como seguramente se quedaron mirando muchos de los pocos acostumbrados alberdianos, Willie en cambio encaró un gomero que había por ahí y lo bautizó con su pis.
-Portate bien adentro ura.-Le dijo cuando lo enganchó con la correa, pero Juan iba tranquilo, a él lo dejaban entrar con el pequeño soldadito.
-¡Eh! El narizudo.-Exclamó Roly cuando vio que los dos regordetes se acercaban hacia su mesa.-Hacia rato que no lo veía, pensar que me has costado un kilo de café.-Lo acarició y recién le dirigió la palabra a Juan.-Compadre, venga coma el quesito, que esta muy bueno.
Juan se acomodó en la mesa y levantó la mano saludándolo al dueño del restaurante, que inmediatamente se acercó con una bandejita con agua para Willie.
-Este perro está bien criado amigo,-Se dirigía a Mamaní.-por ahí vienen las viejas con esos perros peludos y lo único que hacen es morder gente.
Cuando se alejó después de una pequeña charla, Juan se recostó en su silla, palmeó su panza y le preguntó a Roly:
-¿Qué onda?
-Mucho movimiento, han mandado cincuenta de la Seccional Sur, yo he traído seis de los míos y hasta el helicóptero anda, además bueno, hoy ha habido una reunión y se han dividido las zonas para buscarlo al chango éste.
-¿Vos estas de capo del operativo?-Le preguntó con la boca llena de pan con roquefort y manteca.
-No, yo estoy con los de Homicidios, hay un comisario de la Seccional Sur y también anda dando vueltas el Sub Jefe de la Policía y gente del gobierno.-Los indicó con el mentón a los hombres que comían en una mesa en la otra punta del salón.
-Que raro que no estés ahí.
-Me han invitado, pero bueno, les he dicho que iba a comer con un amigo y he llegado medio tarde de gusto.
-Claro.
Los dos se quedaron callados, en realidad todo el comedor se quedo callado, porque en el informativo del Canal 10 hablaba el Comisario Saso sobre el operativo. Marola subió el volumen:
-…y seguiremos con los rastrillajes mas exhaustivos en la zona de Escaba y el limite con Catamarca.
-Está complicado el tema.-Dijo Rolando.
-¿Por qué che?
-Porque han pasado varios días, el celular ya se le ha quedado sin pila, porque antes las llamadas le entraban y era como si no contestara, ahora manda al contestador ahí nomás.-Puso una cara de velorio tremenda, bastante adecuada para su voz baja y manos entrecruzadas sobre la mesa.
-Que culiao…
-Si, yo no se si se le habrá caído en algún lado, capaz que lo ha tirado por la ventanilla, pero bueno, yo creo que siempre lo ha tenido encima.
-¿Qué se comenta adentro Compadre?
-Y eso me vas a tener que ayudar a averiguar vos, yo no me he metido mucho, con la familia ha hablado Saso y con nadie mas, los de la fiscalia han dado intervención, pero ni han pintado.
-¿A dónde te han mandado?-Preguntó Peña después que Víctor pusiera entre él y el policía de civil una parrillita que rebosaba en carne y achuras.
-¿A mi? A esperar, los changos míos han comido hace rato y se han ido a las camionetas a dormir un rato, pero hoy nomás vamos a volver a San Miguel.
-¿No te querés quedar en mi casa?
-No, gracias hermanito, pero va a convenir que esté allá, si llegan a encontrar un fiambre recién voy a volver y a no hacer mucho, esto es todo propaganda política.
-Claro, si me parecía raro que estés acá boludo, si vos sos de Capital.
-Si, pero los del Sur no tienen ni aca, nosotros le vamos a tener que prestar todo.
-Material, gente…
-Y si, no hay que dejar que se los afanen.-Le tiró un hueso de costilla con bastante carne al perro que estaba dormitando a los pies de Juan.
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