20/12/10

Lógicas

-¿Irá a salir algo de todo esto?-Preguntó Juan mientras saboreaba la Budwaiser.
-Una ulcera te puede salir.-Contestaba Rolando, recostado en la silla y mandando mensajes de texto.
-En serio compadre, no le encuentro mucho sentido.
-Si lo tenés cumpa, estás haciendo lo mas lógico.-Mamaní hizo una pausa, asentó el V3 en la redondez de la mesa roja.-El relojero tenia una cruz de los nazis en el pecho. Has atado bien los hilos.
-¿No crees que es muy cantado?
-¿Qué cosa?
-Un crimen de odio racial…
-La gente se mata por cualquier cosa Juancito, que pingo no se van a matar por a que dios le rezas.
-Y en Tucumán, en el siglo XXI-Peña hablaba sin escuchar.
-Vos estas pensando no como abogado changuito.-Buscaba tranquilizarlo el Boli.-Si pensaras como abogado no le estarías dando pelota a los pelados estos.
-Pero es que Roly, es ridículo.
-Vos esperá, vas a ver que algo sacamos.-El policía se paró, se limpió por enésima vez las manos con las finas servilletas de papel.-Y si no sacamos, algo vamos a sacar igual. Vamos.
Juan tenia ganas de caminar, pensar un poco, quizás ver alguna vidriera, boludear, pero comenzaba a escaldarse su entrepierna, señal que su cuerpo no quería que patee unas siete u ocho cuadras hasta su depto.
El viaje fue rápido, cada uno de los hombres sumido en sus pensamientos y los semáforos parpadeando en amarillo. A Juan le sorprendió de sobremanera que al despedirse con su acostumbrado apretón de manos, Roly lo arrimó a él y lo abrazó.
-Quedate tranquilo campeón.

31/10/10

Puchero

{...}Juan entró a la morgue y atrás vio una gran lámpara como un disco que iluminaba la mesa de trabajo de Urtubei, el que con un gorrito y un delantal camuflados en tonos desérticos, depositaba en una balanza de carnicería torpemente algún pedazo de carne.
-¿A cuanto el kilo de puchero?-Lo bromeó Peña.
-Este es el hígado.-Contestó y habló a un pequeño micrófono que tenia prendido en una de las tiras del delantal.-Hígado peso y color normal.-Después se acercó a un punto rojo y toco un botón. Apagó la cámara.
-Sos medio fetichista loco, como te gusta filmarte.
-Calláte pendejo, es para que los atorrantes de mierda estos no salgan a decir que me afano órganos.- Se sacó el barbijo y de un saltito se sentó en la mesa donde estaba abierto el cadáver.
-¿Qué le ha pasado?
-Pendeja, estudiante, vivía en un monoambiente por el lado de la Quinta. Debe haber estado preparando alguna materia para estas mesas.- Urtubei le acomodó la sabana verde doblada que tapaba la cara del cuerpo.-Asfixiada, tenia el calefón fallado. Una cagada hermano.
Juan se quedó perturbado al imaginarse la vida de la chica que tenia al lado, seguramente era de otra provincia o del interior de Tucumán. Tantos sueños rotos, tantas horas desperdiciadas, tanto por vivir. Una verdadera cagada. Franquie cortó su flash.{...}


vivir solo cuesta vida!!

11/9/10

Viejos.

-Deja de revolver ura…-El policía trataba de poner en orden los papeles un poco molesto.-No te preocupes que yo lo tengo ahí bien, ahí les he tirado algo de café a los perreros, y te lo tienen como a un príncipe al narizudo.
-Joya loco.-Se tiró en el respaldo de la silla y desperezó.- ¿Quién lo ha matado Roly?
-Alguno que tiene una cuarenta y cinco por ahora.
-Y si…-Perdió la mirada en la derecha, en un florero hecho de una botella plástica de Sprite con flores plásticas rojas y enterradas en arena.- No le encuentro gollete.
-¿Has visto los testimonios de los vecinos? Ni el cuetazo han sentido.
-Muy raro...La mina.
-¿Qué mina?
-La hija.-apretó los labios Juan.-Como que esta muy tranquila la mina.
-¿Vos crees que ella lo ha mandado a matar?-Roly se cebó un mate sobre los papeles del escritorio.
-No, la mina no, tiene guita, no lo quería, pero matarlo…
-Capaz que se la garchaba de pendeja.
-No Boliviano culiao, no todos los viejos son como el tuyo.
-Seguro que el tuyo era un santo también.-No pasaba el mate, Juan se lo había rechazado con una seña.
-Un pedazo de santo era.-Se echó en el escritorio ahora.- La mina no lo ha matado, pero algo de la historia puede contar.
-Seguro que el viejo de la culiada esta también era un santo…siempre tenemos algo con nuestros viejos compadre.




viiieeeeejooooo ebrioooooo y perrrrrrdiiiiidooooooooooooooooooooo =D finde de soledades jajajaa :D

25/8/10

Arrugar

Juan no hacia más que golpear los dedos sobre las gotitas del techo del auto de Mamaní. La Glock le pesaba en la cintura, el chaleco le apretaba la panza y el pecho, y tenia unas ganas locas de mear. Roly seguía adentro del auto, fumándose un Philip Morris y escuchando bajito los lentos de Antena 8.

{…}¡No!, mi vida no... No aguanto, amor,
o regresas o quédate... no vivo ya,
no sueño ya... tengo miedo... ¡ayúdame!
mi vida no... Te creo, amor,
te me vas y todavía
me juras que es... la última,
¡Es mejor si no me fío!
No puedo dividirme ya entre tú y mil mares,
no puedo ahora estarme quieta y esperarte.

No puedo dividirme ya entre tú y mil mares {…}


-Da para una canción de los Redondos.-Dijo en voz baja, para él mismo, pero la verdad que la noche, la lluvia, las armas, daban mas para algo mas que un puto lento. La noche tiraba un salto mortal y a Peña, joven lobo, algo le quemaba la piel.-Para que mierda chamullarme, quiero una corrida.
Recién llegaban pero la impaciencia se lo estaba comiendo. Atrás, en las esquinas, a medio esconderse en los naranjos, se veía a los cuadros de Drogas Peligrosas con itacas en las manos y seguro que ansiosos, también, en usarlas.
-Roly. Roly.-Interferencia.-Señal. Señal.
Mamaní salio del auto apurado, sin cerrar la puerta y hablando por su handy.
-Tomado. Tomado. Estamos en posición.
Pego un chiflido y los policías escondidos en los naranjos se pegaron a las puertas de las casas y otros salieron corriendo por las ochavas.
-Quedate donde estás pendejo.-Ordenó y saco su Ballester.
-¿Saco la pistola?-Pregunto agazapado Juan.
-Si, si. Shhh.-Llevo el índice a la boca haciéndolo callar. Peña sacó la Glock de su funda, tiró de la corredera, se percató que el seguro estuviese puesto y sintió como su poronga se arrugaba por la adrenalina.


ya vamos a cambiar laura pausini por leo mattioli jajaja XD tirrross tiiiroooosss

adolfooooo

21/8/10

El Pibe de los Astilleros

Le hizo un par de promesas imprudentes
y así fue que de ellas se aburrió.
Las minitas aman los payasos
y la pasta de campeón

:D

8/8/10

Portones

Para El Payo “88”, las “14 Palabras”, “SS”, los apretones de mano o las simples cabezas rapadas significaban algo. También diferenciaba un Skin facho de un Skin anti fascista, los que eran lamentablemente pocos.
El Payo y Ferez llegaron caminando a la casa. La identificaron no por los números, que o no se los veía por la noche o porque simplemente no existían, sino por el monolito humano enfundado en un poncho verde oscuro que cuidaba la puerta.
-Dejáme hablar a mi.-Le susurró el Payo a su compañero mientras se acercaban al guardia.
-Vengo a hablar con Federico.- Ni lo saludó, el Payo hablaba en tono castrense, pedante y medio para decirlo en palabras civiles.
-Nombre por favor.-Le contestó salpicando gotitas el guardia y sacando su celular del bolsillo del pantalón.
-Juan Manuel Riccutti. Digale que soy del 18 de Córdoba, necesito hablar con el por un negocio.
El portón de carne y hueso marcó.






Si no hay nazis q no haya películas =D

1/7/10

Certificados

-Ha visto compadre como el canario canta cuando le das un poco de mijo.-Le palmeaba la espalda a Peña su compadre el Roly mientras salían, junto con el sol, de la Segunda.
-Semejante mijo le has tirado hijo de puta.- Peña seguía apretando la pantalla de su celular guardando todos los datos que el rubio les había dado sobre Fede.
-Para algo sirve El Comisario, ¿sabes como hace hablar esa pija?
-Son unos culiados.-Juan se desperezaba dejando ver su panza por debajo de la remera y el sueño de la noche interrumpida.
-¿Donde te dejo?
-Llevame al Padilla a que Franquie me de un certificado, hoy tengo que hacer cosas mas importantes que ir a tribunales.
-Si apuramos lo encontramos bordando algún fiambre al puto ese.


volllllveeeemosssssssssssssssssssss y sere riñones

19/5/10

Gol-Queda

Jugás con lo que sea, la cosa es jugar, tenés tan metido el estar pateando algo que vas caminando por la calle y te llevas cuadras y cuadras una naranja verde, una piedra o una tapita de coca…es estar al pedo y te sale como instinto patear ¿Entendés?
¿En los recreos de la escuela vos te crees que nos quedábamos sentados en un lugar hablando boludeces o nos chamullabamos compañeras? ¡Minga! Hacíamos un
Gol-Queda con lo que sea en el patio de atrás, porque pelotas no te dejaban llevar y el patio de adelante era de tierra y ahí le metíamos los quince minutos del recreo sin parar, y eran muchos mas si es que no nos venia a buscar el preceptor, porque nos chupaba un huevo todo y porque en los Gol-Queda esos nos cagabamos a patadas…Mierda, me acordé de lo que dolía un puntano en el orto cuando entrabas al área y salía uno de los arqueros, porque jugábamos en pareja, y uno te barajaba de arriba. Que dolor, mas en invierno, en el primer recreo que creo que era el de las nueve y media, o por ahí, te quedaba dormido el culo, o el pie también. El primer recreo perdíamos algo de tiempo porque salíamos medio dormidos, nos comprábamos unos sanguches en el quiosco y hacíamos la rondita en el patio, hablando de nada, pero hablando y nos quedábamos cayados cuando venia alguno de los pendejos con una pelotita de padle o con lo que sea y comenzaban a hacer un Gol-Queda, y en dos minutos ya le habíamos quitado la pelota, el lugar y si alguno de los nuestros había faltado, le quitábamos un jugador. El primer recreo nada mas podía durar la pelota si es que tenia forma de pelota, porque nos la quitaba el preceptor o algún burro la mandaba a la casa del lado o al techo de nuestra aula. Pero ya en el segundo y el tercer recreo, salíamos de clase con todas las ganas de patear lo que sea, y revolvíamos la basura, sacábamos las latitas, que compraban los que tenían guita posta, nosotros no, las aplastábamos y ya teníamos una pelota, que mas que pelota era una tortilla de aluminio, pero creo que servia mucho mas que una pelota de papel encintada. Por ahí hasta la cabeceábamos a la latita, pero había que ser muy bueno para tirar un centro con eso y muy boludo para cabecearlo…Si cuando te contaba esto se me vino a la punta del dedo gordo de la derecha el dolorcito que sentías cuando le metías un puntano a la lata, porque íbamos de zapatos náuticos, y esos no te protegen un carajo hermano, ¿sabes te llegaban a pegar un pisotón? Ni te cuento. Cuando venían los calorcitos la cosa se ponía más dura, porque a las camisas del uniforme las chivavamos como hijos de puta y como ya andábamos mas arrechos los Gol-Queda se hacían más ásperos, y por lo menos dos o tres veces terminabas en el piso y era enchastre seguro por más de que el piso era de cemento. Éramos boludos grandes, diecisiete años, quinto año, y no pasó un recreo sin que estemos pateando algo.



creo q me voy a enfermar!!


adolfoooofoffioofifo

15/5/10

Presiones

-Esto es simple chango.-Le dijo Roly ya en tono impaciente.- Le contestas lo que el doctor va a preguntarte o te armo lo que sea para que pases una nochecita en el Roca.
El chico aspiró sus mocos ruidosamente y se sentó derecho en la silla. Las lagrimas le corrian por la cara, pero se mordió el labio para no llorar, para no aflojar.
-¡No te hagas el machito la puta que te parió!-Gritó el Boliviano e hizo bailar de un chirlo los papeles de la mesa. Peña le toco el brazo como pidiéndole que se tranquilice y tiró la pregunta:
-¿Quien te manda?-Nada. El pendejo seguía mudo y recto como un buen soldado alemán. Peña insistió.- ¿Quién te da los libros, quien te hace la cabeza?
-No voy a hablar.
-Ya está.- Roly se levantó de su silla, lo agarro por la nuca al “ojitos claros” y le estampó la cabeza contra el escritorio y lo mantuvo así.-Comisario, meta.
El sargento Moya se paró en la punta del escritorio hacia donde miraba el skin head, y despacito abrió su bragueta, metió su mano y como un conejo de la galera, sacó una pija enorme y dormida, la que cayó como una bolsa de papas frente a la cara del chico.
-¡¿La ves?!-Preguntó Roly.- ¿La ves?-Le susurro al oído despacio.- Eso va a terminar en tu culito pálido y lampiñito si no le contestas al doctor.
Los ojos del pendejo eran un dos de oro celeste, y se agrandaron más aun cuando la poronga de Moya comenzó a endurecerse.
-Demé un preservativo doctor, así no quedan rastros.- Le pidió a Peña Roly.
Peña saco su billetera, la abrió y arrojo la bolsa morada de Prime justo entre la cara y la pija que estaban en el escritorio.
-No, no, no.-Lloró el detenido cuado El Comisario le acaricio la cara con una mano.
-¿No? Bueno, contestá.-Le pidió tranquilo el Roly.
-Juanco, Juanco.


ntaaa sin rastros jaaaaaaa
adolfoooooooo

2/5/10

Conducta en los velorios

Conducta en los velorios

No vamos por el anís, ni porque hay que ir. Ya se habrá sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas más solapadas de la hipocresía. Mi prima segunda, la mayor, se encarga de cerciorarse de la índole del duelo, y si es de verdad, si se llora porque llorar es lo único que les queda a esos hombres y a esas mujeres entre el olor a nardos y a café, entonces nos quedamos en casa y los acompañamos desde lejos. A lo sumo mi madre va un rato y saluda en nombre de la familia; no nos gusta interponer insolentemente nuestra vida ajena a ese dialogo con la sombra. Pero si de la pausada investigación de mi prima surge la sospecha de que en un patio cubierto o en la sala se han armado los trípodes del camelo, entonces la familia se pone sus mejores trajes, espera a que el velorio este a punto, y se va presentando de a poco pero implacablemente.
En Pacífico las cosas ocurren casi siempre en un patio con macetas y música de radio. Para estas ocasiones los vecinos condescienden a apagar las radios, y quedan solamente los jazmines y los parientes, alternándose contra las paredes. Llegamos de a uno o de a dos, saludamos a los deudos, a quienes se reconoce fácilmente porque lloran apenas ven entrar a alguien, y vamos a inclinarnos ante el difunto, escoltados por algún pariente cercano. Una o dos horas después toda la familia esta en la casa mortuoria, pero aunque los vecinos nos conocen bien, procedemos como si cada uno hubiera venido por su cuenta y apenas hablamos entre nosotros. Un método preciso ordena nuestros actos, escoge los interlocutores con quienes se departe en la cocina, bajo el naranjo, en los dormitorios, en el zaguán, y de cuando en cuando se sale a fumar al patio o a la calle, o se da una vuelta a la manzana para ventilar opiniones políticas y deportivas. No nos lleva demasiado tiempo sondear los sentimientos de los deudos más inmediatos, los vasitos de caña, el mate dulce y los Particulares livianos son el puente confidencial; antes de media noche estamos seguros, podemos actuar sin remordimientos. Por lo común mi hermana la menor se encarga de la primera escaramuza; diestramente ubicada a los pies del ataúd, se tapa los ojos con un pañuelo violeta y empieza a llorar, primero en silencio, empapando el pañuelo a un punto increíble, después con hipos y jadeos, y finalmente le acomete un ataque terrible de llanto que obliga a las vecinas a llevarla a la cama preparada para esas emergencias, darle a oler agua de azahar y consolarla, mientras otras vecinas se ocupan de los parientes cercanos bruscamente contagiados por la crisis. Durante un rato hay un amontonamiento de gente en la puerta de la capilla ardiente, preguntas y noticias en voz baja, encogimientos de hombros por parte de los vecinos. Agotados por un esfuerzo en que han debido emplearse a fondo, los deudos amenguan en sus manifestaciones, y en ese mismo momento mis tres primas segundas se largan a llorar sin afectación, sin gritos, pero tan conmovedoramente que los parientes y vecinos sienten la emulación, comprenden que no es posible quedarse así descansando mientras extraños de la otra cuadra se afligen de tal manera, y otra vez se suman a la deploración general, otra vez hay que hacer sitio en las camas, apantallar a señoras ancianas, aflojar el cinturón a viejitos convulsionados. Mis hermanos y yo esperamos por lo regular este momento para entrar en la sala mortuoria y ubicarnos junto al ataúd. Por extraño que parezca estamos realmente afligidos, jamás podemos oír llorar a nuestras hermanas sin que una congoja infinita nos llene el pecho y nos recuerde cosas de la infancia, unos campos cerca de Villa Albertina, un tranvía que chirriaba al tomar la curva en la calle General Rodríguez, en Bánfield, cosas así, siempre tan tristes. Nos basta ver las manos cruzadas del difunto para que el llanto nos arrase de golpe, nos obligue a taparnos la cara avergonzados, y somos cinco hombres que lloran de verdad en el velorio, mientras los deudos juntan desesperadamente el aliento para igualarnos, sintiendo que cueste lo que cueste deben demostrar que el velorio es el de ellos, que solamente ellos tienen derecho a llorar así en esa casa. Pero son pocos, y mienten (eso lo sabemos por mi prima segunda la mayor, y nos da fuerzas). En vano acumulan los hipos y los desmayos, inútilmente los vecinos más solidarios los apoyan con sus consuelos y sus reflexiones, llevándolos y trayéndolos para que descansen y se reincorporen a la lucha. Mis padres y mi tío el mayor nos reemplazan ahora, hay algo que impone respeto en el dolor de estos ancianos que han venido desde la calle Humboldt, cinco cuadras contando desde la esquina, para velar al finado. Los vecinos más coherentes empiezan a perder pie, dejan caer a los deudos, se van a la cocina a beber grapa y a comentar; algunos parientes, extenuados por una hora y media de llanto sostenido, duermen estertorosamente. Nosotros nos relevamos en orden, aunque sin dar la impresión de nada preparado; antes de las seis de la mañana somos los dueños indiscutidos del velorio, la mayoría de los vecinos se han ido a dormir a sus casas, los parientes yacen en diferentes posturas y grados de agotamiento, el alba nace en el patio. A esa hora mis tías organizan enérgicos refrigerios en la cocina, bebemos café hirviendo, nos miramos brillantemente al cruzarnos en el zaguán o los dormitorios; tenemos algo de hormigas yendo y viniendo, frotándose las antenas al pasar. Cuando llega el coche fúnebre las disposiciones están tomadas, mis hermanas llevan a los parientes a despedirse del finado antes del cierre del ataúd, los sostienen y confortan mientras mis primas y mis hermanos se van adelantando hasta desalojarlos, abreviar el ultimo adiós y quedarse solos junto al muerto. Rendidos, extraviados, comprendiendo vagamente pero incapaces de reaccionar, los deudos se dejan llevar y traer, beben cualquier cosa que se les acerca a los labios, y responden con vagas protestas inconsistentes a las cariñosas solicitudes de mis primas y mis hermanas. Cuando es hora de partir y la casa está llena de parientes y amigos, una organización invisible pero sin brechas decide cada movimiento, el director de la funeraria acata las órdenes de mi padre, la remoción del ataúd se hace de acuerdo con las indicaciones de mi tío el mayor. Alguna que otra vez los parientes llegados a último momento adelantan una reivindicación destemplada; los vecinos, convencidos ya de que todo es como debe ser, los miran escandalizados y los obligan a callarse. En el coche de duelo se instalan mis padres y mis tíos, mis hermanos suben al segundo, y mis primas condescienden a aceptar a alguno de los deudos en el tercero, donde se ubican envueltas en grandes pañoletas negras y moradas. El resto sube donde puede, y hay parientes que se ven precisados a llamar un taxi. Y si algunos, refrescados por el aire matinal y el largo trayecto, traman una reconquista en la necrópolis, amargo es su desengaño. Apenas llega el cajón al peristilo, mis hermanos rodean al orador designado por la familia o los amigos del difunto, y fácilmente reconocible por su cara de circunstancias y el rollito que le abulta el bolsillo del saco. Estrechándole las manos, le empapan las solapas con sus lágrimas, lo palmean con un blando sonido de tapioca, y el orador no puede impedir que mi tío el menor suba a la tribuna y abra los discursos con una oración que es siempre un modelo de verdad y discreción. Dura tres minutos, se refiere exclusivamente al difunto, acota sus virtudes y da cuenta de sus defectos, sin quitar humanidad a nada de lo que dice; está profundamente emocionado, y a veces le cuesta terminar. Apenas ha bajado, mi hermano el mayor ocupa la tribuna y se encarga del panegírico en nombre del vecindario, mientras el vecino designado a tal efecto trata de abrirse paso entre mis primas y hermanas que lloran colgadas de su chaleco. Un gesto afable pero imperioso de mi padre moviliza al personal de la funeraria; dulcemente empieza a rodar el catafalco, y los oradores oficiales se quedan al pie de la tribuna, mirándose y estrujando los discursos en sus manos húmedas. Por lo regular no nos molestamos en acompanar al difunto hasta la bóveda o sepultura, sino que damos media vuelta y salimos todos juntos, comentando las incidencias del velorio. Desde lejos vemos cómo los parientes corren desesperadamente para agarrar alguno de los cordones del ataúd y se pelean con los vecinos que entre tanto se han posesionado de los cordones y prefieren llevarlos ellos a que los lleven los parientes.

Julio Florencio Cortazar 1962

fue mas o menos asi jajajaj!!

Espero q estes en el infierno persiguiendo coreanas y pasando peliculas. Te voy a extrañar perro pila:D

adolfo

24/4/10

Despachos

Sobre su escritorio, apretado en una antesala del despacho de la fiscal, tenia las fotos recien reveladas y una copia en CD del “Caso del Relojero”, ahora, oficialmente con este mote dado por los periodistas de policiales que hablaron toda la noche con la doctora Hernandez para anoticiarse de algo. –Secreto de sumario.- contestaba ella, que amaba los medios.-Estamos trabajando mucho en ello.- decia la declaracion de La Gaceta. Después que José, el mozo del barcito de la vuelta le trajera su jugo de naranja y las medialunas, le hecho un ojo a las fotos. Diez impresas, ochenta en el CD. Miro rapidamente las impresas, y las puso en el sobre marron en el que venian, sacó su notebook del trabajo, puso el CD, bajo todas las fotos en una carpeta que llamó como la caratula del caso, mejor dicho, como la caratula que terminaria teniendo el caso esa mañana: Cor. Capt.(ret.) Arturo David Kocsky por presunto homicidio. Las fotos eran algo perversas para el ojo común, pero a Juan le gustaba investigarlas, poner a que suene Sumo, y usar los programas de imágenes para ampliarlas e ir señalando cosas que creía que podian servir para algo. Despues de bajarlas, las pasó a otro CD, el que guardó en su mochila, despues llevo el original y las fotos impresas y las puso sobre el escritorio de su jefa, la que aun no llegaba. Los de mesa de entrada habian dejado también las actuaciones pasadas en limpio listas para agregar al expediente. Las firmó sin leer, y amontonó todo en la esquina derecha del escritorio de metal. Se arremangó la camisa, se aflojó la corbata y se paró del sillon. El jugo seguia fresco y lo terminó de parado, despues salió al mostrador y dijo que se iba a la Primera.






aaaalaaaaaa alalalalaaaaaa

adolfo

14/4/10

Espiando

{...}-A veces el instinto sale de la nada.- Pensaba cuando buscaba alguna caja para los relojes.- Soy como ese chiste de Mafalda con el cochecito.
Ni bien entró al local, además de asegurarse que las puertas estuvieran bien cerradas, prendió el equipo de música del que por supuesto comenzó a cantar Edith Piaf bastante distorsionada. No le daba miedo estar en la relojería, hacia tantos años que no iba ahí que le parecía ajena, pero recordó perfectamente donde, su abuelo primero y su papa después, escondían ese papel con la combinación de la caja fuerte y el contenido de la misma. También le espió un poco el notebook que estaba en el taller de la parte de atrás del local. No había nada extraño, en su casilla de mail había solo un par de notificaciones por la finalización de la publicación de algunos artículos “en la mira” en su cuenta de Mercado Libre, resúmenes de su American Express y dos o tres mails de algunos amigos, que habrían sido cartas de vivir en otra década. Se frustró un poco al no encontrar ningún mail extraño, alguna pagina porno gay o algo del Mosad, por lo menos de la SIDE, pero no. Swatch Group, American Express, Mercado Libre, planes de salud nuevos de la IOSE, Gral. Juan Martín Rosetti, un par de New Setlers de Rolex, Timex, Casio. Nada más.
-Pobre Juan, va a perder tiempo cuando vea la computadora aburrida esta.
La galería estaba ya medio muerta el sabado a la tarde. Agonizaba a medias luces y conserjes con escobillones. Ana tuvo la sensación de haber vuelto en el tiempo dentro de la galería. Todo ahí adentro era viejo, solo estaban abiertas las joyerías y un par de negocios que vendían ropa formal para hombres, negocios que son anacrónicos, son como piedras, a simple vista un traje es el mismo hoy que en los ochenta y las joyerías manejadas por vejetes seguramente que vendían cosas tan viejas como ellos, tan viejas como Edith, tan viejas como los relojes que tenia en su cartera.{...}

adolllffffffouooooo

4/4/10

Franqui

-Te tengo listo el video de la autopsia en un DVD, pero nada del otro mundo.-Contesto por celular a la pregunta si había encontrado algo raro en el cuerpo de Arturo.

-Veneno, desnucada, palo en medio de los huevos…

-No, boludo, si te digo que no he encontrado nada no hay nada…un tiro en la nuca y al carajo.-El forense tenia la voz de dormido, él prefería trabajar de noche, por algo le decían Franqui, por el Dr. Frankenstein.- Un tiro, limpio, de ahí lo ha dado vuelta y le ha hecho con un cuchillo la Estrella de David de tetilla a tetilla y del buche casi hasta la zapan.

-Ejecutada… ¿Que calibre la bala?

-Dejame de romper las pelotas pendejo, ya he mandado todo a Balística y te he dejado el informe y el video en mi oficina. Nos vemos.-Cortó sin que Juan pueda seguir con las preguntas. La concha, tenia que ir al hospital a buscar todo y con semejante calor.



siiiiiiiiiii siiiiiiiiiiii te voy a terminarrrrrrr te voy a termiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinaaaaaaaaaarrrrr uoooooooooouoooooooooooooooooooooooooouuuuuuououoooooooooooouoooooooo


adolfo

22/3/10

Jazmines

-Jazmines.- Dijo en voz alta y pasó al lado de la chinita que vendía ramitos de las flores blancas y grandes, apenas atadas con un hilo plástico.

-Lleve un jazmín señora.- Se lo ofreció al conjunto de ramos. Ana sacó uno y lo olió con los ojos cerrados. Si, eran esos. Metió la mano en el bolsillo de atrás del pantalón y sacó un billete de veinte y se lo dio a la nena de vestido blanco inmaculado y zapatitos guillermina sin medias.

-Le falta el moño y las medias tres cuartos, mi amor.- Pensó y le dijo que se quede el vuelto y le acarició el cachete, pegándole el aroma de su perfume, que aunque francés, no le ganaba al exquisito aroma de los jazmines en la noche de la parte peatonal y adoquinada de la calle Mendoza.

16/3/10

El bolsillo descansa y la suerte sonríe.

{...}Con la luz prendida no era tan linda como parecia en la casa del Roly, pero el alcohol no se iba de las venas y había hambre. Que no se iba a clavar ese asadito el doctor Peña. Ella se puso un poco timida cuando entraron en el departamento, Juan pensó que se iba a tirar para atrás, que iba a inventar cualquier excusa para safar de garchar, entonces trato de hacerla sentir comoda, le dijo que se sienta como en su casa, le invito un vaso de Coca Cola y la escucho un buen rato alabar y sorprenderse por lo lindo que era el depto, por la cantidad de libros, los “juguetitos”, las armas, las computadoras, el plasma…Si, Juan se sintió un poco incomodo, incomodo como por ahí él se sentiria en la casa de ella, que seguro que tendria muebles marrones oscuro y flacos, sillas torneadas con los almohadones algo rotos, algunas fotos ampliadas de cuando ella o sus hermanas eras bebes, las casas ajenas incomodan a todos, pero no había tiempo que perder, y Juan le dijo que iban a estar mas comodos en su cama mientras la abrazaba por detrás, y ella le preguntó picara donde estaba el baño mientras le acariciaba la cara y le decia que lo espere en la cama. Se le apareció un rato despues, con una tanguita roja y con unos pezones oscuros y grandes. Juan le dijo algo, seguramente que algo pelotudo, pero a ella no le importaba nada, a él menos, y solo se besaron y metieron mano un buen rato, Peña se acabó en los pantalones al mejor estilo de American Pie, incluso pensó eso en el momento que eyaculaba, pero la nena sabia lo que hacia con sus caderas y manos, y las ganas de coger pusieron al soldado firme otra vez, y una vez uniformado con un pedazo de latex que había estado bastante tiempo en su envoltorio cumplio con su deber en esa trinchera un poco olorosa y frondosa, pero nada importaba, Peña tenia una mina sobre él que se movia con naturaleza, hasta con ciencia y un toque de arte por sus gemidos de actriz porno, incansable y complaciente.

Cuando Peña no pudo mantener mas su ereccion, ella se desmontó repartió besos como agradeciendo o pidiendo mas, y livianita se fue al baño, como hacen las chicas.{...}














ahi la garcharon jajajajajaja wiiii a veces la suerte sonrie y el bolsillo descansa



VIVA EL SANTO JOVEN!!!!!!!!!!!

3/3/10

Bombazos

Es como un cliché en las historias futboleras que en el barrio el gordito de la cuadra era el dueño de la pelota y el que siempre iba al arco, pero a pesar de ser el gordito de la cuadra, ser el dueño de la pelota e ir siempre al arco, el Carita de Bebé era un crack, era un crack al que nunca le metían goles, un arquero de edad difícil de averiguar por la mezcla imprecisa de su tamaño de pendejo grande y de su cara de pendejo chico, quizás demasiado chico y con razón su apodo.

El Carita de Bebé, o Bebé, o Carita, o el Gordo tenia un imán para su pelota, una pelota de cuero sintético con cascos rojos y blancos, de yapa algo de brillantina pegada y alguna frase grabada en la superficie brillosa, algo así como “Football World Cup 94” o alguna marca bastante pirateada, pero era la única que había en la cuadra en esa época de vacas flacas y por eso era la que rodaba en el pasto pelado de la plaza de la vuelta. Además, esta venia con imán para el Carita. Que grande el Gordo como quedaba, si la atajaba hasta con el culo el hijo de puta, y con las manos, los pies, la cabeza, la espalda…si a veces los chicos mas grandes se lo llevaban al Carita para que les quede en el picado, o cuando se armaba algún 25 iba de cabeza al arco porque no te hacia mas de tres pataditas, además, que mierda, a él le gustaba ser arquero, no le gustaba correr al tipo, ponerse mas colorado de lo que ya era le significaba mucho esfuerzo al Carita, era como algo ridículo ser mas rojo todavía por correr lento y moviendo las tetas, y para que vamos a mentir, era de madera, mas duro que una pared era el Gordo para la gambeta, y medio cagon para la defensa, si los otros pendejos lo pasaban como colectivo lleno cuando por ahí se quedaba atrás a jugar de dos o de cuatro el Carita, y para colmo hacia mano, se creía que seguía jugando de arquero y cuando llegaba un corner medio llovido el Bebé sacaba la manito pecosa entre las cabezas de los morochos mas petizos y le metía un cachetazo que te dejaba planchado por el ruido nomás…y si, si tenia imán para la pelota el Carita de Bebé. Mirá, daba gusto verlo quedar, era un despatarrado de mierda, pero no le entraba una al arco, y no solo en el picado te digo, al Bebé le pateaban penales, colas se armaban en la placita o en la vereda del Negro, que tenia dos árboles grandes como arcos de gigantes, para patearle algún penal al Gordo, y el muy hijo de puta se los atajaba a todos…si hubieras visto los puntanos que le metían a la pelota roja y blanca, ¡pum! Sonaba cuando el Carita la atajaba y todos se ponían como locos, porque era imposible tener semejante pared en la cuadra, garantía que no te metían uno y encima siempre llevando la pelota y poniendo la monedita que sacaba del monedero de su abuela para la coca, que de coca no tenia nada el liquido helado que venia en esas botellotas de dos litros y medio. Eran como el Carita esas botellas de gaseosa sabor naranja, que después la llenaban de agua en el mismo kiosco y otra vez se mandaban a la plaza a seguir jugando. Ojo, el Carita nunca era aguatero, siempre se hacia el gil para cargarlas y los otros pendejos se la alejaban al agua del arco, porque afirmaban que se la chupaba a las escondidas y después se cagaban todos de sed por el veranito pesado y húmedo. Imán para la comida y para la pelota tenia.

En la época de escuela casi no jugaba a la pelota, decia que venia cansado de la escuela, que ya había quedado mucho ahí, parece que sus compañeros de grado también apreciaban el magnetismo del Carita o mejor dicho, tenían como los de la cuadra, la puntería bastante hecha mierda para meter el gol o bastante fina y divertida para encajarle al cuerpo del Carita todos y cada uno de los remates al arco.



cuentossss deeee fullllboooo yeah!


adolfououo

1/3/10

DT

-¡Dejen de mariconear y de hablar pelotudeces, porque tienen que ganar si o si!-Metía una seca corta a su cigarrillo, se acomodaba los anteojos de sol, aplaudía dos o tres veces y los mandaba a su equipo, al Central, a la cancha.-Estos hijos de puta me van a costar un cajón de porrón.-Sentenciaba en voz baja, con el pucho en la comisura de los labios y sin parar de aplaudir.

Media hora después de su ultima arenga a esa tribu de pendejos clase 02 y 03, Yanyán embolsillaba diez pesos por cabeza y subía a su Yamaha con una bolsa llena de camisetas rojas a medio transpirar. Iba contento, sus pendejos del Central habían ganado ocho a cinco, pero más contento iba porque tenía ciento cincuenta mangos y un cajón de cerveza gratis para esa noche.

18/2/10

Levantarse

-Es más pendeja que yo culiao…-Dijo ni bien se fue.-

-Tiernita cumpa. Veintiuno, desde los dieciocho la vengo culiando.

-Otro crimen…

-Me declaro culpable.-Juntó las manos como pidiendo que lo arresten y volvieron a reír los dos.-Che cumpa, la madrina…

-¿Que onda?-Juan acercó su oído a lo que su compadre decia.

-Llevatela…

-¡Pero como culiao si ni la conozco!- Juan se puso rojo de la vergüenza y comenzó a transpirar solo de imaginarse que tenia que acercarse a chamullar.

-‘Ta regalada pelotudo, no seas cagón, y acercatele.

La madrina bailaba sin recato, levantaba los brazos, movía el culo, dejaba que el pelo le tape un poco la cara y después hacia trompita con la boca de labios generosos.

-Pero que le digo…

-Que se yo boludo, cualquier cosa…

-No voy a ponerme a bailar con todos los canas estos boludo, no seas culiao…

-Mierda che pendejo, te la voy a traer y mas vale que le hablés algo porque si no voy a salir a decir que sos puto.

El Sub Comisario se levantó con el vaso en la mano y fue directamente a donde bailaba la madrina y tomándola de la mano la arrastró a donde estaba Juan.

-Sentáte, sentáte…-La invitó y le arrimó una silla blanca sin apoyabrazos.-Él es el Juan, ya se conocen, no se para que mierda los presento…

Ella dijo hola y se dieron un beso en el cachete, Juan contestó también hola y olió su perfumito indescifrable, pero que varias veces sintió cuando se cruzaba alguna pendeja en el centro.

-Me gusta tu perfume…-Le dijo ella y Juan solo agradeció.- ¿Sos abogado?- Se sirvió un vaso con el culo de una cerveza que había en la mesa.

-Si, un embole…

-¿Por qué un embole? A mi me gustaría ser abogada.

-Por ahí esta bueno, pero que se yo, no me gusta del todo…

-Debe ser porque haces siempre lo mismo.

-Capaz que si.-Juan no sabia que decir, preguntar, no preguntar…

-¿Qué edad tenès?

-Veintiséis…

-¡Pareces de mas, no me mientas!-Le apoyó una mano en el pecho mientras se reía.

-¡En serio!

-No no, vos tenès más, decís que tenès menos para que no me asuste…-Peña se relajó un poco, la minita distendía la conversación, él tenía que contestar nada más…

-Te muestro el documento si querés…

-A ver dale, porque no te creo.

Sacó la billetera y eligió entre su cedula de identidad de la Policía de Tucumán, el Carnet de Manejo o el Carnet de la Corte Suprema. Había que impresionarla, el último serviría más. Se lo dio, ella hizo las cuentas con los dedos y dijo que es verdad, tenès veintiséis…

-¿Vos que edad tenès?

-¿Cuanto me das?

-Toda la noche…-Contestó despacito, se le había escapado el pensamiento, pero no le importaba un carajo, no lo conocía nadie y de última no había nada que perder.

La minita se largó a reír y después le pregunto:

-¿En serio?

-Sip, sos muy linda.-Asintió dándole un trago al vaso medio vacío

-Ay gracias, vos también sos lindo…

-No me mientás linda…

-En serio me gustan rubitos, chetitos…

-Tengo que aprovechar.-Pensó. Comenzó con el chamullo básico: ¿Tenés novio?, no no tengo, ¿vos novia?, tampoco, no te creo, ¿por qué no me crees?, sos grande y lindo, debes tener una por ahí, vos debes tener uno por ahí…igual no soy celoso…Yo tampoco… ¿Dónde vivís?, en el centro…Etc.

-¿Querés dar una vuelta?-Se animó al fin a preguntarle.

-Dale.

Salieron sin saludar a nadie, ella sacó su celular y mandó un mensajito, y Juan quiso hacer lo mismo, pero seguro que el Boliviano lo había visto salir con la pendeja.

En el auto la vio un poco mejor, no era una belleza, pero tenia un par de tetas que invitaban a apoyar la cabeza ahí y a dormir para siempre, o por lo menos un rato. Ella cerró mal la puerta, y el se tiró sobre ella para cerrarla bien y ella lo besó. Tenia el aliento un poco caliente, como su hubiera fumado, pero no importaba, él tenia aliento a vino, había que ser justos.

Cuando Juan comenzó a descender pendientes con sus manos y su boca, ella lo alejo y le dijo –Vamos a un lugar mas tranquilo.

-Tengo departamento, ¿te animas?

-¿Estas solo?

-Si linda.

-De una vamos.

:D:D:D:D


adolfo ni a la mañana

3/2/10

Perdedores Hermosos (O de como inspira el Facebook)

{...}Peña miraba en la pantalla de su computadora las fotos del perfil de una chica que tenia su edad, pero que había ido a otro colegio, y con la que había solo cruzado saludos esporádicos o bocinazos de protocolo cuando la cruzaba por las calles.

-Hace años las minitas estas eran divinas, no me daban bola y yo quería ser como los tipos a los que daban bola –Le decia a Willie que lo miraba a la cara cuando hablaba- Ir a las fiestas que organizaban, creer que era parte de un grupo selecto, de lo mas top de la gente de mi edad, que para mi eran los únicos normales del mundo, y creo que ellos se creían los únicos del mundo ¿Me entendés? Si en ese entonces quería ser parte de ellos, pero siempre había algo que no me dejaba…no se que era, quizás yo no era demasiado canchero, demasiado lindo, o no sabia bailar lo que ellos bailaban o no fumaba como ellos…Me daban ganas de venderme te juro, imitarlos para que me aceptaran, no se, ser normal…como ellos eran. Pero algo no me dejaba como te he dicho antes, timidez, apatía, vergüenza…que me tomen por pelotudo, o algo mas, no se, mira, te podria decir que hasta el destino no me dejaba, pero en ese momento yo puteaba a mi suerte y me deprimía como se deprimen los adolescentes que la piensan demasiado.

Cuando a veces caía a sus fiestas o los veía de lejos me los imaginaba haciendo todo lo que yo no hacia y quería hacer…me los imaginaba en casas lindas, me las imaginaba novias de las buenas, me los imaginaba con buenas relaciones en sus casas y yo quería eso, quería lo que aparentaban ser, bah, lo que yo creía que eran, porque la verdad no creo que hayan querido aparentar nada, o mucho por lo menos. Pero no me esforzaba en encajar con ellos como te cuento, siempre con mis amigos hemos sido medio cerrados, por eso somos amigos. Nunca voy a saber si ellos querían ser como los otros, pero por ahí, cuando nos sentábamos en la plaza los sábados después de los partidos, todos sucios, cansados, como disfrutando tanto la Paso de los Toros que habíamos comprado para los cinco, como los 90 a 0 que nos había metido Tucumán Rugby y los mirábamos pasar en sus autos escuchando música fuerte, riéndose, mezclados mujeres y varones, nos quedábamos callados, hasta que alguno pensaba en voz alta algo así como “Ya nos va a tocar” y nos sentíamos pobres, avergonzados, frustrados.-Juan seguía hablando y no le sacaba los ojos a las caras de las chicas que aparecían en las fotos del Facebook- De esperanzas vive el pobre Willie, y en esa época estábamos todos cortados loco, si me acuerdo como hacíamos la vaquita para entrar al boliche, en un rinconcito tomando el culo de cerveza que quedaba en la botella de coca cola, y las minitas entraban sin garpar y sin que les pidan el documento…que habremos tenido, unos quince años y diez pesos para toda la noche.-Reía con nostalgia y pasaba las fotos con el cursor derecho de la notebook.- Después hemos aprendido, a fuerza de conversar y chupar, a sentirnos orgullosos de ser nosotros mismos, y de convencernos unos a otros, y cada uno a uno mismo, que el futuro iba a ser mejor, pero que teníamos que esforzarnos, que meterle para adelante macho, como le metíamos para adelante los martes y jueves de julio, cuando corríamos todos juntos, hechos uno me acuerdo y cagados de frío. Y que se yo, por ahí se ha pasado la envidia de pendejo a resentimiento…mi hermana siempre me ha dicho que soy un resentido de mierda, pero era la forma de crecer, de no sentirse mal y hasta de comenzar a darnos cuenta que podemos llegar a mas…como hablábamos del futuro en la canchita del Kaiken, que nos vendía cerveza…y nos abrazábamos, y llorábamos, y escuchábamos Las Pelotas, y cantábamos, y nos sentíamos orgullosos de no escuchar cumbia, nos sentíamos orgullosos de ser unos perdedores, de no ganar minas, de no tener guita, pero nos decíamos que íbamos a estar siempre, ahí, como cuando pasábamos al ruck…

Después se ha venido la universidad, nuestros viejos han tenido suerte y ganado algo de guita, y ya andábamos en auto y ya íbamos a la facultad y no jugábamos al rugby y todos nos creían unos pendejos porque volvíamos al pueblo y nos volábamos la cabeza…

Ni así nos invitaban a las fiestas que organizaban, éramos raros, somos como raros todavía, pero…pero nosotros no les dábamos bola, no existían, que se yo, como que cuando sos mas grande te deslumbras menos, capaz que porque te haces mas cínico o porque las minitas del pueblo se hacen mas feas…que se yo perro, no se porque estoy hablando con vos ura, pero necesito descargarme, darme cuenta que hoy se lo ve mas lindo a lo que era antes y te juro Willie que amo el pasado y que se dio lo que queríamos, y hoy los que creíamos ganadores, siguen haciendo lo mismo que hacen desde siempre, su mundo es chico y son felices, y mi mundo es mas grande y soy feliz, por mi y por ellos.{...}


Conviene tener menos contactos en facebook antes de rendir jajaaj XD


aaaaaadolllllllllllllllllfilloillo

30/1/10

Refugiados

{...}-Al barro…hace unos años han encontrado el aguila de bronce que tenia el Graff Spee. Dos palos verdes dicen que vale.

-Siempre hay un boludo que compra esas cosas…por este album pagarian unos mangos también.

Me mostro el album y estaba lleno de fotos de marineros alemanes, otras de los camarotes, otra de los marineros nadando en el mar, seguro que en el caribe, y una foto de postal del Graff Spee en su puerto en el norte de Alemania.

-A este se lo ha regalado uno de los alemanes a tu abuelo, que en esa epoca era un niño.

-¿Dónde los han visto a los marineros?

-Bueno, cuando los marineros bajaron en Buenos Aires y Langdorff se suicida, a los marineros los desparramaron por el pais…la embajada alemana contactaba a alemanes que tenian fincas en el litoral, en medio de Buenos Aires o aca en el Norte y los mandaban.

-¿Acá es verdad que estaban?- Le pregunte incredulo, había esuchado bastantes historias de los nazis sueltos por acá, pero me parecia todo…no se, muy de conspiración.

-Si. En la finca de Roes, en Los Arroyo.

Cuando me dijo eso, me mostro una foto donde aparecia mi abuelo, de unos diesiciete o dieciocho años, un rubio vestido prácticamente igual y al lado de ellos dos tipos de mamelucos con las mangas arremangadas y uno con una pipa. Atrás, como escondido, Bartolo. Igual que siempre.{...}


:D

20/1/10

Homeless

{...} Perros playeros. Si hubiera habido una playa cerca de San Miguel a Juan no le habría importado dejarlo sin dueño ni techo a Willy. Los perros de la playa deben ser los homeless caninos mas felices: corren, nadan, se sequen con el sol, los turistas les dan los restos de sus sanguches o los marlos de sus millos verdes recién desgranados, incluso les dan amor. De ahí, con el buche lleno, se dedican a perseguirse, garchar, dormir en la arena y cuando llueve, cuando llueve se acomodan por ahí…y viven hasta que se mueren obviamente. Willy habría sobrevivido el periplo vagabundo, era malo con los otros perros y bastante simpático cuando se lo disponía. Se ve que cuando Juan lo vio el perro hizo sus mejores gracias, aunque las mejores gracias fueron las que le hizo Ana {...}

extraaaañooooo ellllllll maaaaaarrrrrrrrrrr

18/1/10

Escondido

-Como estas Juan.-Dijo ella atrás del antifaz de sus anteojos negros y la formalidad.- ¿Noticias?

-Si, acá está la orden para retirar el cuerpo de su papá.-Le extendió la carpeta y le dijo bajo, como con vergüenza o como un secreto.-Los de la funeraria pueden ir no es necesario que uste…

-No, no, me imagino.-Sacudio los pelos rubios y agarró la carpeta.- Disculpá que te pregunte Juancito, pero es costumbre que nosotros juntemos algo de plata para nuestros velorios…

-¿Cómo?

-Los judios…

-Aaaa, disculpe, si, si, digamé que necesita.





me aburrrrrrrrrrrroooooo

17/1/10

Idiomas

{...}-Positivo, no tenemos a nadie doctorcito.

-Canas de mierda, no se donde les enseñan a hablar así boludo.

-En la Escuelita.-Se rió mientras destapaba el cuerpo.-Mire de raro lo que tiene en el pecho.- Fue la primera vez que Juan veia a Arturo, con la camiza rasgada, los ojos celestes totalmente abiertos, y una expresión de miedo que ponía la piel de gallina. Resaltó desde el pecho desnudo una Estrella de David sangrante.-Satánicos son…

-No pelotudazo, es una estrella de David, este culiao era judío o algo así…-Miro para los costados, y vio un candelabro de siete brazos y quedo seguro de su suposición.- Si, mas ruso que Alperovich es.

Entonces al robo seguido de homicidio o al homicidio criminis causa, podía sumarle el agravante del odio racial, xenofobia, etcetera. Lo anotó.{...}


a tucutucu mañanaaaaaaa