3/3/10

Bombazos

Es como un cliché en las historias futboleras que en el barrio el gordito de la cuadra era el dueño de la pelota y el que siempre iba al arco, pero a pesar de ser el gordito de la cuadra, ser el dueño de la pelota e ir siempre al arco, el Carita de Bebé era un crack, era un crack al que nunca le metían goles, un arquero de edad difícil de averiguar por la mezcla imprecisa de su tamaño de pendejo grande y de su cara de pendejo chico, quizás demasiado chico y con razón su apodo.

El Carita de Bebé, o Bebé, o Carita, o el Gordo tenia un imán para su pelota, una pelota de cuero sintético con cascos rojos y blancos, de yapa algo de brillantina pegada y alguna frase grabada en la superficie brillosa, algo así como “Football World Cup 94” o alguna marca bastante pirateada, pero era la única que había en la cuadra en esa época de vacas flacas y por eso era la que rodaba en el pasto pelado de la plaza de la vuelta. Además, esta venia con imán para el Carita. Que grande el Gordo como quedaba, si la atajaba hasta con el culo el hijo de puta, y con las manos, los pies, la cabeza, la espalda…si a veces los chicos mas grandes se lo llevaban al Carita para que les quede en el picado, o cuando se armaba algún 25 iba de cabeza al arco porque no te hacia mas de tres pataditas, además, que mierda, a él le gustaba ser arquero, no le gustaba correr al tipo, ponerse mas colorado de lo que ya era le significaba mucho esfuerzo al Carita, era como algo ridículo ser mas rojo todavía por correr lento y moviendo las tetas, y para que vamos a mentir, era de madera, mas duro que una pared era el Gordo para la gambeta, y medio cagon para la defensa, si los otros pendejos lo pasaban como colectivo lleno cuando por ahí se quedaba atrás a jugar de dos o de cuatro el Carita, y para colmo hacia mano, se creía que seguía jugando de arquero y cuando llegaba un corner medio llovido el Bebé sacaba la manito pecosa entre las cabezas de los morochos mas petizos y le metía un cachetazo que te dejaba planchado por el ruido nomás…y si, si tenia imán para la pelota el Carita de Bebé. Mirá, daba gusto verlo quedar, era un despatarrado de mierda, pero no le entraba una al arco, y no solo en el picado te digo, al Bebé le pateaban penales, colas se armaban en la placita o en la vereda del Negro, que tenia dos árboles grandes como arcos de gigantes, para patearle algún penal al Gordo, y el muy hijo de puta se los atajaba a todos…si hubieras visto los puntanos que le metían a la pelota roja y blanca, ¡pum! Sonaba cuando el Carita la atajaba y todos se ponían como locos, porque era imposible tener semejante pared en la cuadra, garantía que no te metían uno y encima siempre llevando la pelota y poniendo la monedita que sacaba del monedero de su abuela para la coca, que de coca no tenia nada el liquido helado que venia en esas botellotas de dos litros y medio. Eran como el Carita esas botellas de gaseosa sabor naranja, que después la llenaban de agua en el mismo kiosco y otra vez se mandaban a la plaza a seguir jugando. Ojo, el Carita nunca era aguatero, siempre se hacia el gil para cargarlas y los otros pendejos se la alejaban al agua del arco, porque afirmaban que se la chupaba a las escondidas y después se cagaban todos de sed por el veranito pesado y húmedo. Imán para la comida y para la pelota tenia.

En la época de escuela casi no jugaba a la pelota, decia que venia cansado de la escuela, que ya había quedado mucho ahí, parece que sus compañeros de grado también apreciaban el magnetismo del Carita o mejor dicho, tenían como los de la cuadra, la puntería bastante hecha mierda para meter el gol o bastante fina y divertida para encajarle al cuerpo del Carita todos y cada uno de los remates al arco.



cuentossss deeee fullllboooo yeah!


adolfououo

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