26/10/11

Estás frito Angelito

Éramos compañeros con Angelito, hace tanto que parece otra vida. Por supuesto que no se llama así, en el oficio nos conocemos por apodos, a mi me dicen Iñaki, eso que no me llamo Ignacio ni soy vasco, no se la verdad como se le ocurrirían los apodos a esos turros, ellos se ponían apodos mas simples, Tigre, Puma, Oso…Será que los últimos caímos cuando ya no estábamos en la selva, éramos cazadores urbanos con el Angelito, nos recorríamos toda la ciudad detrás de un buen trofeo, y si que hubo de los buenos en esas épocas.

A mi siempre me gustó quedarme con la historia, la anécdota, compartirla con alguien del palo o recordarla solo, que se yo, pero Angelito siempre se quedó con recuerdos materiales, souvenires. Es un boludo. Una vez, hace no mucho, fui a Buenos Aires a comprar unos fierros y lo visité en el estudio que tiene en el centro, lleno de cabezas de animales, desde corzuelas hasta cebras, ahora decia que estaba juntando guita para cazar un león, en Sud África lo dejan, tiene que tirar con ballesta y se quejaba por eso. Los trofeos de las otras presas, Angelito las tiene guardadas en una caja fuerte. Por recomendación mía, no se llevaba una cosa en particular de trofeo, como para no levantar el mono ¿viste? Entonces de cada uno que bajábamos Angelito se llevaba un anillo, un reloj, un dedo…que se yo.

10/10/11

Pan Triste

El amigo criminalista de Rolando llegó a los quince minutos de que lo llamaron.
-Buenas noches.-Dijo entrando a la oficina.
Era un cabezón, pelo oscuro pero de piel terriblemente blanca, lo que contrastaba con su vestimenta símil cura: camisa negra, campera negra, pantalón de vestir negro y zapatos negros.
-Muy monocromático el amigo.-Pensó Juan y le estrechó la mano después de ser presentado.
-Sentáte Pan Triste.-Lo invitó Roly.
-Con su permiso Sub Comisario.
Rolando se quedó mirando a los hombres que tenia al frente: tenían la misma edad, y solo eso en común, Pan Triste se sentaba derecho en su silla apoyando sus extremadamente huesudas y limpias manos sobre el portafolios de cuero que descansaba sobre sus piernas, mirando al frente con los ojitos que resaltaban por la palidez de su piel, en cambio Peña estaba despeinado, echado en su silla, con las piernas abiertas y con su cara colorada como siempre, tan colorada como el camperón desprendido y algo sucio.
-Podrías haberte puesto un pantalón.-Dijo Roly como pensando.
-Chupáme el pingo Boliviano, no tengo tiempo para maquillarme.
-Pero miarlo al Licenciado, siempre pulcro…
-Dale Rolando, dejáme de romper las pelotas.-Contestó Peña, se inclinó en su silla y se dirigió al lúgubre flaco que tenia al lado.-Mirá amigo, necesito que me comparés la vaina que está sobre la mesa con la de este informe.-Indicó con la quijada la carpeta que había levantado de su casa.
Pan Triste lo miró a Mamaní y recién habló cuando el segundo asintió con la cabeza.
-No hay problema.
-¿Has traído tus herramientitas?-Roly parecía divertirse a costa del técnico.-Vas a ver el espectáculo de Pan Triste ahora compadre.
Pan Triste se rió apenas y apoyó su maletín sobre el escritorio, del que sacó un par de guantes de látex, se los puso, metió las manos otra vez en el maletín y esta vez sacó una bolsa Ziploc y un estuche, negro también, de donde extrajo una lupa de ojo y otra lupa tipo de joyero.
-Permiso.-Dijo, tomó la vaina y se colocó en el ojo derecho el aparato.
Juan lo miraba con curiosidad, el tipito era un personaje de aquellos que solo Roly podria presentarle, pero debía ser bueno en algo como para que su compadre confiara en él.
-Bueno.-Dijo después de dar vueltas dos o tres veces la capsula y meterla dentro de la bolsita.-Dejemé ver el informe por favor.
Mientras Peña le alcanzaba la carpeta, Pan Triste aprovechó para descartar sus guantes, guardar las lupas en su lugar y cerrar su portafolios para volver a apoyarlo en sus piernitas.
-Acá tenés.-Juan le dio los papeles.
-Gracias.-Tiró una sonrisita y con sus manos de nena comenzó a hojear las fotocopias.
Roly seguía mirando a punto de cagarse de risa de las diferencias de los dos tipos.
-Muy bien.-Dijo después de un par de minutos, acomodando los papeles sobre el escritorio.
-¿Y viejo? Dale.-Peña estaba impaciente, si bien él también era pastoso, la parsinomia de Pan Triste lo ponía nervioso.
-Para comenzar son dos vainas distintas.-Se enderezó en la silla y habló mirando hacia algún punto fijo de la oficina.-Una, la del informe es de una munición de Fabricaciones Militares, mientras que la que usted trajo es Orbea.
-Puede haber puesto dos balas distintas en el chumbo.-Intervino Rolando.
-No, la Orbea fue percutida por un arma semi-automática.
-¿Cómo es eso?-Preguntó Juan.
-Claro, un revolver es un arma de acción mecánica, el martillo deja una marca muy particular, rectangular, como la que aparece en la foto del informe, y está en el borde inferior del culote.-Se aclaró la voz antes de seguir.-La vaina que usted trajo ha sido percutida por una aguja, que deja una marca mas al medio y redonda.-Hizo una pausa.- Una pistola o una carabina.
-Bien…-Peña quiso hablar, pero Pan Triste siguió.
-Me baso también al decir que una ha sido disparada por una mecánica y otra por una semi-automática por las rayas que tienen los costados de las capsulas, bueno, por lo menos de la que yo he visto: las rayas son cortas y verticales, lo que significa que fue puesta dentro de un cargador, la otra estoy seguro que tiene marcas laterales horizontales, que se las deja al meterlas al tambor.
-Mirá vos.-Peña estaba sorprendido.
-Y por ultimo, estoy cien por cien seguro que esta es de semi-automática porque tiene marcas de la uña extractora, no ha salido por la fuerza. De ahí-Volvió a aclararse la voz, pero siempre mirando a la nada, como dando examen.-son calibre .22.
-Joya, son distintas.
-Si, una cosa mas.-Agregó parándose.-Ésta Orbea es de punta hueca el proyectil.
-¿Cómo sabes eso hijo de puta?-Le preguntó Roly.
-Los que tienen semi-automáticas no son psicológicamente estables, suelen tener alguna cuestión que los lleva a tratar de taparla adquiriendo cosas grandes, poderosas, perros, armas, suelen tener una conducta algo militarizada.-Peña lo miró boquiabierto, el flaco era un freak, pero un capo.-Ellos son los que suelen comprar la munición que mas daño haga.

:D