20/1/08

Marita

Debe tener la edad perfecta para salir con sus amigas, solo preocupándose por que se va a poner, o pasarse soñando con ese chico que le gusta…pero esta ahí, sentada a la par de una estufa de cuarzo: dos velas, eléctrica, china y antigua.
Sumergida, está Marita, en luz naranja y hedionda nube de tabaco, cerveza derramada en el piso, orín y perfume barato. “Cumbia” tiene la exclusividad en la moderna rocola, la cual parece cómoda tocándola, y la toca toda la noche
Enfundadas en una negra telaraña de nylon, los precoces jamones de Marita. Bien premiosos, cruzados y depilados se venden solos (sin mucho esfuerzo) a esos desgraciados machos sub-urbanos (muchos hay también urbanos y que ostentan títulos y grados), que ebrios de alcohol y lujuria, buscan barato, joven y pasivo placer.
Marita ya no piensa. Marita solo abre las puertas, sus puertas…Marita solo abre las piernas y no goza.
Recuerdos alegres pocos tiene. Recuerdos de los malos la atormentan. Mientras ve ese cuarzo naranja por los 220 volts., su mente se despierta en esa expedita infancia, en ese padre ausente y las parejas de su madre…esos hombres que daban votos de mejor vida, fidelidad y viajes, y solo procuraban golpizas, gritos y vino barato. Estos recuerdos, buenos y malos, son cortos, para Marita acordarse es perder tiempo, y sí Kronos se le escapa, sus carnes jóvenes y tiesas se vuelven viejas y se caen; sus dientes se ponen amarillos y débiles; y su arancel cae a pique. Sin mencionar la paliza y reprimenda económica de su fiolo. Hay que comer y no pensar, y para comer, Marita coge.
Un huésped se le acerca y corta su pequeño lapso de concentración: “veinte” solo se escucha, y su mano se estira al hombre. Sus piernas y sus tetas se levantan de su trono de plástico blanco, se va al aposento, en el cual solo se descansa de dia…
Su mentolado aliento, en unos segundos se convierte en látex. El nylon de sus medias la apreta e incomoda y Marita solo ruega que sus áureas sandalias coreanas no se despeguen en el trajín. 7 minutos por veinte pesos. “7 x 20”. Ya pasó, Marita se regocija dentro de su tristeza…7 x 20 se repite y se repite, hasta que Febo Apolo cruza el horizonte en su carro, dejando ver el alba.
Las estrellas como las putas se van a dormir.
Los insomnes pródigos de toda clase son vistos en calles, callejones y avenidas volviendo a algún hogar. Los bolsillos flacos, la camisa manchada, la mente aturdida y los pasos zigaguiantes.
Cartones, vidrios, colillas y hombres quedan abandonadas e iluminadas por el sol, sus desgracias parecen más desgraciadas.
Marita limpia el baño de su habitación…esos baños que solo tienen bidet y una cesta llena de preservativos usados. Tiene que estar todo “limpio”.
Otra noche cae. Plutón esta suelto en las calles, y gracias a él y su oscuridad infernal, Dionisio se hace feliz y comienza su tour.
El antro esta oscuro y abastecido de alcohol y mujeres…cuando los chicos vuelven de la escuela, “Cumbia” comienza a sonar…las Maritas se maquillan, se visten para parecer desvestidas…el de seguridad llega.
Todo esta listo. Otra noche más.
“Marita muerde el labio y va otra vez” dice Solari. No le queda otra. El noctámbulo sale de su casa, con el bolsillo gordo…Marita solo piensa “hoy es viernes.” mientras se sienta en su silla.

Adolfo.

No hay comentarios: