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Es como un cliché, pero el perro no puede faltar. El Roque siempre lo sigue, aunque siempre es un cuadrúpedo distinto, la fidelidad del perro callejero existe, pero es promiscua. Una noche uno, una noche el otro, aunque todos se acuerdan de él y cuando lo ven se le acercan meneando el rabo, largo y peludo, peludo y enroscado, como sea.
Las jaurías abundan tanto como las banditas de chicos de la calle, y ambas hacen mierda la basura, joden a los dignos peatones, mean en la vereda, juegan en la calle, pelean en la plaza…que se yo. Incluso se pelean entre ellos. A El le encanta meterse en el medio de los perros de la Plaza Independencia y correr un rato por la tierra.
En algunos bares hay perros que se toman muy a pecho el lugar y lo muerden en los tobillos, impidiéndole que venda sus mentitas o reparta sus estampitas. Perro de mierda, hay que correr para no sufir el tarascón, pero hay que pasar por el frente para demostrarle a la bestia que se tiene huevos. Es otro juego, otro juego de la calle el perro. No solo son goldenretrivers en verdes prados, son perros de pelo difuso en la negra noche iluminada por el artificio de la columna pintada con los colores que identifican al municipio.
Aca no pueden faltar los chicos y los perros callejeros, sin ellos los bares no serian iguales, sin ellos no podríamos agradecer por un simple puto segundo todo lo que tenemos por lo que ellos adolecen. Y te dan la misma lastima, perros o niños, niños que descienden a perros y perros que ascienden a niños. ¿Qué salvaríamos? Y he ahí los clásicos comentarios que hacemos los que tenemos el estomago lleno, de que si, de que a mi me da mas lastima el perro, de que sos un insensible, el negrito es una persona, pero el perro no tiene nada que ver, el padre del negrito es un borracho, por eso el hijo vende mentitas o reparte estampitas. Que se yo…la puta madre, el perro y el niño callejero, el niño y el perro callejero, tristes y contentos, contentos pero tristes. El frío, el hambre, la revuelta de basura, el conseguir el morfe moviendo la cola.
Es como un cliché, pero el perro no puede faltar. El Roque siempre lo sigue, aunque siempre es un cuadrúpedo distinto, la fidelidad del perro callejero existe, pero es promiscua. Una noche uno, una noche el otro, aunque todos se acuerdan de él y cuando lo ven se le acercan meneando el rabo, largo y peludo, peludo y enroscado, como sea.
Las jaurías abundan tanto como las banditas de chicos de la calle, y ambas hacen mierda la basura, joden a los dignos peatones, mean en la vereda, juegan en la calle, pelean en la plaza…que se yo. Incluso se pelean entre ellos. A El le encanta meterse en el medio de los perros de la Plaza Independencia y correr un rato por la tierra.
En algunos bares hay perros que se toman muy a pecho el lugar y lo muerden en los tobillos, impidiéndole que venda sus mentitas o reparta sus estampitas. Perro de mierda, hay que correr para no sufir el tarascón, pero hay que pasar por el frente para demostrarle a la bestia que se tiene huevos. Es otro juego, otro juego de la calle el perro. No solo son goldenretrivers en verdes prados, son perros de pelo difuso en la negra noche iluminada por el artificio de la columna pintada con los colores que identifican al municipio.
Aca no pueden faltar los chicos y los perros callejeros, sin ellos los bares no serian iguales, sin ellos no podríamos agradecer por un simple puto segundo todo lo que tenemos por lo que ellos adolecen. Y te dan la misma lastima, perros o niños, niños que descienden a perros y perros que ascienden a niños. ¿Qué salvaríamos? Y he ahí los clásicos comentarios que hacemos los que tenemos el estomago lleno, de que si, de que a mi me da mas lastima el perro, de que sos un insensible, el negrito es una persona, pero el perro no tiene nada que ver, el padre del negrito es un borracho, por eso el hijo vende mentitas o reparte estampitas. Que se yo…la puta madre, el perro y el niño callejero, el niño y el perro callejero, tristes y contentos, contentos pero tristes. El frío, el hambre, la revuelta de basura, el conseguir el morfe moviendo la cola.
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.Para el Chicho, que se instaló en mi cama jajaja
1 comentario:
Y despues de tanto oír hablar de ellos, al fin los conozco en esa foto.
En mi ciudad no se ven los chicos, y por donde vivo no.
ero los perros abundan, y cuando digo abundan, es ABUNDAN.
Últimamente estás muy sociologo, escribiendo de realidades cotidianas, estás seguro que estudias la carrera correcta??
jajaja, besos!
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