Almorzó de la rotiseria, era viernes, le gustaba comer pasta los viernes, los ñoquis pasaron bien un poco empujados por el buen vino, sin soda pero si sacado de la heladera. El silencio en la casa era enorme, solo el agua tibia que caía sobre el plato lleno de tucco y la esponja llena de espuma iba y venia hacían algún murmullo.
Lucas del Campo veces se daba cuenta que podía pasar un día entero sin decir palabra, esos días donde estaba bien apertrechado de víveres y salir a la calle se dificultaba por el dolor de las cicatrices del cuerpo y del alma. Había días que se ponía blando y ahí le daba tanta vergüenza estar consigo mismo que la ración de dos o tres vasos diarios de J&B pasaban a ser seis, quizás siete.
-Huevo duro.
Dijo mirando el patio por los visillos de la ventana de la cocina. Se había imaginado retirándose general, aun casado con Fernanda, viviendo en alguna quinta, criando perros y pájaros, viendo correr a los nietos por la casa, disciplinando hijos. Pero no. No después de Malvinas, no después de que la punta del botín derecho se le perdiera entre las piernas abiertas y atadas.
-El futuro no existe, es solo la consecuencia del pasado, por eso algunos lo manejamos, por mas que la suerte lo tuerza un poco.-Solía decir cuando filosofaba entre cigarrillos y whisky en el casino de oficiales del Regimiento.
Esa siesta no se sentía bien, su suerte lo había dejado pagando cuando la patada de su superior lo había dejado eunuco, inservible para los sueños reproductivos de Fernanda, por eso en el mismo momento que recibió la notificación de anulación matrimonial decidió que iba a manejar su presente para que en un futuro sus sueños sean al menos honrados con algo.
-Mas sangre a la sangre, es solo mas sangre.
El futuro llegó hace rato!!
29/3/11
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1 comentario:
Re re re triste.
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