En una entrevista le preguntaron por la muerte y el contesto que “A pesar de venir de una familia profundamente católica, creo que ''Chau, bueno, se terminó para siempre''”. Quizás porque los médicos tienen de enemiga a la cosechera, y ella les termina ganando siempre o porque bueno, te morís y no pasa un carajo, no pasa un carajo nunca mas y a la mierda, como se piensa a veces.
Favaloro fue una persona con todas las letras, creo que personas como el merecen ser llamados próceres y no algún político o general favorecido por la historia.
Un tipo que realizo 13.000 by-pass y que con su aporte a la medicina ayudo a que se salvaran millones en todo el mundo. Esos son próceres la puta madre.
Como todo prócer y como toda persona René Favaloro tuvo un par de patinadas en la vida, como acercarse a Videla para que este le de bola a su fundación, o se le escapo una frase que revolvió las tripas a los amantes (creo mas para los que curran) de las universidades publicas. Pero en la primera, creo que el fin justifica los medios y en la segunda, déjenme de joder, las universidades publicas andan como el orto hay miles de parásitos que le cuestan al estado miles de dólares per capita para que un día, digan que no, que la universidad no es para ellos o el caso de graduados que se van a la reputisima madre y no devuelven un peso al país…ah, la frase era que estas no debían dejar ingresar gente por un par de años.
Pero como todo prócer también, este argentino, dio no solo frases memorables como la que si San Martín resurgiera caparía a lo paisano a varias generaciones de mandantes. Capar es el termino campestre para castrar, o simplemente cortarles las bolas.
Insisto que mas que frases, dio ejemplos. El era un ejemplo viviente que se tomaba su profesión como se la tomaban los antiguos médicos griegos, quizás fue uno de los pocos médicos que cumplía con el juramento hipocrático, y de esos hay muy pero muy pocos.
Nació en 1923 en La Plata y ya de chiquito fue del Lobo. Su mamá era una costurera y su papá carpintero. Eran de esos padres que soñaban con que sus hijos fueran mas que ellos. Si “m’hijo el dotor”: mi hija no va a ser costurera, mi hijo no va a vivir en “El Mondongo” toda su vida, y nosotros vamos a hacer lo imposible para que esto pase. Esta es la mentalidad que fundo nuestro país, la que tenían que todos los que bajaron de los barcos, la de nuestros bis abuelos, la que tenían nuestros abuelos que mandaban a estudiar a sus hijos y las que tienen nuestros viejos que hacen lo imposible para que seamos algo, seamos mas que ellos. Ganas de evolucionar. Lamentablemente nuestros abuelos están muertos o no los escuchamos hablar mucho.
Favaloro se recibió de medico en la Universidad de La Plata en el 49, y fue a hacer su “apostolado” a un pueblo perdido en medio de la Pampa, Jacinto Aráuz, donde ni había un caps y la población estaba abandonada. Ahí comenzó a armar una clínica y a atender a todos los paisanos. Dicen que vivía austeramente con su mujer Maria. Un par de años después llego su hermano, medico también, a darle una mano. Lo poco que ganaban lo invertían en la precaria clínica para poder atender mejor. De estos años surgió su libro Recuerdos de un medico rural, donde dice que nunca se compro ni una hectárea de tierra, lo que ganaba se lo devolvía a la gente mejorando su clínica. Doce años fue un medico rural en ejercicio de funciones, digo en ejercicio de funciones porque el espíritu le quedo de por vida.
En el 62 se fue para EEUU, a la Cleveland Clinic, donde con una beca bien magra, casi soviética como diría Laiseca. Se especializo en cirugía torácica y cardio-vascular. Investigo, aprendió, se formo y desarrollo y mejoro la técnica que lo hizo famoso, el
by-pass ahorto coronario, que básicamente consta en hacer un puente entre las arterias del corazón para sortear la zona tapada.
Si hubiera sido egoísta, se quedaba en Cleveland, ganaba millones de dólares, se compraba un Lexus para ir al hospital desde su casona y daba cátedra en Harvard de vez en cuando, pero no era egoísta y en 1971 volvió a la Argentina para dar una mano al sistema sanitario, que como todo, estaba hecho un kilombo y los que mas sufrían eran los de siempre, los que menos tienen.
Se hizo jefe del Departamento de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Torácicas y Cardiovasculares del Sanatorio Güemes en Buenos Aires, y comenzó a operar, enseñar y armar su fundación, primer bastión del transplante coronario y del desarrollo de técnicas y formación de profesionales en esta área de la salud. Era un capo, un capo.
En 1980 le dieron el doctorado honoris causa de la Universidad de Tel Aviv, y en su honor, el mismo centro de estudios creo la cátedra de Cirugía Cardio Vascular Dr. René G. Favaloro. Tomá…¿mas logros y reconocimientos? Vamos a poner los que menciono Ramón Reges en una nota: Fue miembro activo de veintiséis sociedades, correspondiente de cuatro, y honorario de cuarenta y tres. Recibió el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular "Dr. René G. Favaloro" (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980) ya mencionada; la distinción de la Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok, Tailandia, 1999).
Tenia innumerables distinciones mas, pero poco le importaban, el solo quería que todo sea mas justo, mejor repartido, que la salud les llegue a todo el que la necesite. Justicia social decía y la hacia. Por eso la remó con su fundación hasta el ultimo de sus días, consumiéndole todas sus fuerzas.
Era un referente para los entrevistadores ya que opinaba de todo, y tenia con que hacerlo, no por nada el New York Times lo consideró un héroe mundial.
Ese día de 2000 yo tenia unos 13 años, 40 kilos menos y me iba a una fiesta en casa de una de mis compañeras. Después de bañarme me fui a ver un rato de tele, y todos los canales daban la noticia: Favaloro se suicido. Yo lo había escuchado nombrar, pero no sabia quien era, así que le pregunte a mi abuela “Boba, ¿quien era Favaloro?”, me contesto “Como quien era, si esta vivo, es un medico muy importante…” se quedo callada mientras se anoticiaba con la placa roja de Crónica.
Se pego un tiro, un tiro en el corazón. Paradójico y memorable.
No es Pepeto de la Ruta, Indio, es Fernando de la Rua. Era Fernando el presidente de los argentinos, y al que Favaloro pedía favores para que la fundación se salvase. No le dio mucha pelota.
Dejo cartas de las que transcribo lo que creo que son fragmentos de ellas, es lo que se puede encontrar por la web, pero que sirven para conocer un poco el porque de la melange, que mejor saber de la propia pluma del suicida sus motivos.
A sus familiares y amigos:
“Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil, pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de mano. Sólo espero que no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en Estados Unidos se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo que es cierto. Espero que me recuerden así.
mi familia, en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles. Un abrazo a todos.”
A Fernando de la Rua, presidente de la nación en ese momento.
“Estimado Fernando:
Te escribo estas líneas porque nuestra Fundación está al borde de la quiebra. Tenemos emergencias ineludibles que deben solucionarse en los próximos días. Necesitamos alrededor de 6 millones de pesos.
No tengo conexiones con el empresariado argentino. A veces choco con algunos 'peces gordos' como Amalita o Goyo Pérez Companc. Por eso, uno de los pedidos que te hice en nuestra última charla era que utilizaras tu influencia para conseguir la ayuda que tanto necesitamos.
En fin, te ruego que influyas para conseguir una donación urgente, creo que es el camino más corto. Perdonáme por el pedido. Te escribo desde la desesperación. Nunca en mi vida estuve tan deprimido.
Con el afecto de siempre...”
Al director del diario La Nación. Si una carta al director.
“Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida. La Fundación tiene graves problemas económico-financieros. Se nos adeuda 18 millones de dólares y se hace cada vez más difícil sostener nuestro trabajo diario, que como siempre se brinda a toda la comunidad sin distinción de ninguna naturaleza, con tecnología de avanzada y personal altamente calificado.
Le envío una nota que destaca algunos hechos recientes; vea cómo se me trata en el mundo, en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social -gubernamental o no- o de PAMI ni contesta mis llamados.
En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea.
Sólo quiero decir que el final se acerca de a poco. No es para que te asustes, pero todo está consumado, y siento que estoy solo en esta sociedad, realmente, de mierda.
René Gerónimo Favaloro - 29 de Julio de 2000”
Solo en una sociedad de mierda, de burócratas, una situación tan kafkiana que da miedo: que un puto empleado raso no te atienda, teniendo contacto con el presidente, pero que este tampoco te de la bola que debería darte. Solo en una sociedad de mierda, que lo único que quería era salvar a Racing de la quiebra. Se me va una sonrisa sarcástica, lágrimas de bronca, Western de Attaque 77 sonando en mis auriculares y yo leyendo su letra como un cuento y no como una canción: ¿Qué esperás, producción descomunal? ¿Qué esperás?, Hollywood no existe más. ¿Qué esperás?, Sudamérica es así¿Qué esperás? Esto es pura realidad. ¿Qué esperás? ¿Solución en el final?Superman nunca viene por acá. ¿Qué esperás? Nuestro héroe es de verdad, nacional, bien anónimo y mortal.
Es la historia de cada día, siempre el mismo guión, trabas y burocracia, ¡que frustración! lo de siempre, lo normal, todo gris….sin final feliz. En este film…los buenos mueren.Observa, no te pierdas el final, Que fatal, ¡paradoja singular! Nunca más nuestro héroe volverá, se marchó, por la puerta de atrás, decidió evitar la corrupción, decidió y ahí nomás se suicidó.Y pensar que fue maestro del by pass y murió, de un disparo al corazón.
Los buenos mueren, los buenos mueren.
20/2/09
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4 comentarios:
Tiene mucha razón querido Adolfo... La verdad muy bueno lo suyo, aunque no le quitaría mérito a próceres como San Martín, Belgrano, Moreno y hasta se podría mencionar al mismísimo Yrigoyen, si me lo permite...
Un abrazo.
ta mal redactau jajajaj sera arrreglado nunca
Gordo me quede pasmada... bueno muy bueno resultaste para contar la vida de otros, con un toque muy gordo pero con objetividad como para no provocar ningun rechazo de nadie. Segui escribiendo mucho mucho mucho.
Cheeee, si me hago famosa, ¿me haces una biografia?...dudo q sea famosa, pero si palmo un día me escribis algo?
besoooooooooooo
Hace unos meses fui al cine de la universidad a ver su película (documental), por q esl profesor de la universidad de La Plata que lo llevó a Arauz es de acá.
Salí con una sensación de amargura, o tal vez verguenza, de nuestra tierra. Que nada tiene que ver con los hijos de puta que la pisan.
aDO, está muy buena la biografía, es re grata de leer. Lástima que no tuvo final feliz.
Muchos cariños aDO malo...por que el bueno está acá, jajajaaaa
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