22/3/10

Jazmines

-Jazmines.- Dijo en voz alta y pasó al lado de la chinita que vendía ramitos de las flores blancas y grandes, apenas atadas con un hilo plástico.

-Lleve un jazmín señora.- Se lo ofreció al conjunto de ramos. Ana sacó uno y lo olió con los ojos cerrados. Si, eran esos. Metió la mano en el bolsillo de atrás del pantalón y sacó un billete de veinte y se lo dio a la nena de vestido blanco inmaculado y zapatitos guillermina sin medias.

-Le falta el moño y las medias tres cuartos, mi amor.- Pensó y le dijo que se quede el vuelto y le acarició el cachete, pegándole el aroma de su perfume, que aunque francés, no le ganaba al exquisito aroma de los jazmines en la noche de la parte peatonal y adoquinada de la calle Mendoza.

16/3/10

El bolsillo descansa y la suerte sonríe.

{...}Con la luz prendida no era tan linda como parecia en la casa del Roly, pero el alcohol no se iba de las venas y había hambre. Que no se iba a clavar ese asadito el doctor Peña. Ella se puso un poco timida cuando entraron en el departamento, Juan pensó que se iba a tirar para atrás, que iba a inventar cualquier excusa para safar de garchar, entonces trato de hacerla sentir comoda, le dijo que se sienta como en su casa, le invito un vaso de Coca Cola y la escucho un buen rato alabar y sorprenderse por lo lindo que era el depto, por la cantidad de libros, los “juguetitos”, las armas, las computadoras, el plasma…Si, Juan se sintió un poco incomodo, incomodo como por ahí él se sentiria en la casa de ella, que seguro que tendria muebles marrones oscuro y flacos, sillas torneadas con los almohadones algo rotos, algunas fotos ampliadas de cuando ella o sus hermanas eras bebes, las casas ajenas incomodan a todos, pero no había tiempo que perder, y Juan le dijo que iban a estar mas comodos en su cama mientras la abrazaba por detrás, y ella le preguntó picara donde estaba el baño mientras le acariciaba la cara y le decia que lo espere en la cama. Se le apareció un rato despues, con una tanguita roja y con unos pezones oscuros y grandes. Juan le dijo algo, seguramente que algo pelotudo, pero a ella no le importaba nada, a él menos, y solo se besaron y metieron mano un buen rato, Peña se acabó en los pantalones al mejor estilo de American Pie, incluso pensó eso en el momento que eyaculaba, pero la nena sabia lo que hacia con sus caderas y manos, y las ganas de coger pusieron al soldado firme otra vez, y una vez uniformado con un pedazo de latex que había estado bastante tiempo en su envoltorio cumplio con su deber en esa trinchera un poco olorosa y frondosa, pero nada importaba, Peña tenia una mina sobre él que se movia con naturaleza, hasta con ciencia y un toque de arte por sus gemidos de actriz porno, incansable y complaciente.

Cuando Peña no pudo mantener mas su ereccion, ella se desmontó repartió besos como agradeciendo o pidiendo mas, y livianita se fue al baño, como hacen las chicas.{...}














ahi la garcharon jajajajajaja wiiii a veces la suerte sonrie y el bolsillo descansa



VIVA EL SANTO JOVEN!!!!!!!!!!!

3/3/10

Bombazos

Es como un cliché en las historias futboleras que en el barrio el gordito de la cuadra era el dueño de la pelota y el que siempre iba al arco, pero a pesar de ser el gordito de la cuadra, ser el dueño de la pelota e ir siempre al arco, el Carita de Bebé era un crack, era un crack al que nunca le metían goles, un arquero de edad difícil de averiguar por la mezcla imprecisa de su tamaño de pendejo grande y de su cara de pendejo chico, quizás demasiado chico y con razón su apodo.

El Carita de Bebé, o Bebé, o Carita, o el Gordo tenia un imán para su pelota, una pelota de cuero sintético con cascos rojos y blancos, de yapa algo de brillantina pegada y alguna frase grabada en la superficie brillosa, algo así como “Football World Cup 94” o alguna marca bastante pirateada, pero era la única que había en la cuadra en esa época de vacas flacas y por eso era la que rodaba en el pasto pelado de la plaza de la vuelta. Además, esta venia con imán para el Carita. Que grande el Gordo como quedaba, si la atajaba hasta con el culo el hijo de puta, y con las manos, los pies, la cabeza, la espalda…si a veces los chicos mas grandes se lo llevaban al Carita para que les quede en el picado, o cuando se armaba algún 25 iba de cabeza al arco porque no te hacia mas de tres pataditas, además, que mierda, a él le gustaba ser arquero, no le gustaba correr al tipo, ponerse mas colorado de lo que ya era le significaba mucho esfuerzo al Carita, era como algo ridículo ser mas rojo todavía por correr lento y moviendo las tetas, y para que vamos a mentir, era de madera, mas duro que una pared era el Gordo para la gambeta, y medio cagon para la defensa, si los otros pendejos lo pasaban como colectivo lleno cuando por ahí se quedaba atrás a jugar de dos o de cuatro el Carita, y para colmo hacia mano, se creía que seguía jugando de arquero y cuando llegaba un corner medio llovido el Bebé sacaba la manito pecosa entre las cabezas de los morochos mas petizos y le metía un cachetazo que te dejaba planchado por el ruido nomás…y si, si tenia imán para la pelota el Carita de Bebé. Mirá, daba gusto verlo quedar, era un despatarrado de mierda, pero no le entraba una al arco, y no solo en el picado te digo, al Bebé le pateaban penales, colas se armaban en la placita o en la vereda del Negro, que tenia dos árboles grandes como arcos de gigantes, para patearle algún penal al Gordo, y el muy hijo de puta se los atajaba a todos…si hubieras visto los puntanos que le metían a la pelota roja y blanca, ¡pum! Sonaba cuando el Carita la atajaba y todos se ponían como locos, porque era imposible tener semejante pared en la cuadra, garantía que no te metían uno y encima siempre llevando la pelota y poniendo la monedita que sacaba del monedero de su abuela para la coca, que de coca no tenia nada el liquido helado que venia en esas botellotas de dos litros y medio. Eran como el Carita esas botellas de gaseosa sabor naranja, que después la llenaban de agua en el mismo kiosco y otra vez se mandaban a la plaza a seguir jugando. Ojo, el Carita nunca era aguatero, siempre se hacia el gil para cargarlas y los otros pendejos se la alejaban al agua del arco, porque afirmaban que se la chupaba a las escondidas y después se cagaban todos de sed por el veranito pesado y húmedo. Imán para la comida y para la pelota tenia.

En la época de escuela casi no jugaba a la pelota, decia que venia cansado de la escuela, que ya había quedado mucho ahí, parece que sus compañeros de grado también apreciaban el magnetismo del Carita o mejor dicho, tenían como los de la cuadra, la puntería bastante hecha mierda para meter el gol o bastante fina y divertida para encajarle al cuerpo del Carita todos y cada uno de los remates al arco.



cuentossss deeee fullllboooo yeah!


adolfououo

1/3/10

DT

-¡Dejen de mariconear y de hablar pelotudeces, porque tienen que ganar si o si!-Metía una seca corta a su cigarrillo, se acomodaba los anteojos de sol, aplaudía dos o tres veces y los mandaba a su equipo, al Central, a la cancha.-Estos hijos de puta me van a costar un cajón de porrón.-Sentenciaba en voz baja, con el pucho en la comisura de los labios y sin parar de aplaudir.

Media hora después de su ultima arenga a esa tribu de pendejos clase 02 y 03, Yanyán embolsillaba diez pesos por cabeza y subía a su Yamaha con una bolsa llena de camisetas rojas a medio transpirar. Iba contento, sus pendejos del Central habían ganado ocho a cinco, pero más contento iba porque tenía ciento cincuenta mangos y un cajón de cerveza gratis para esa noche.