Cuano la dejamos de contar

[...]Se cayeron al canal que venia seco y los curiosos llegaron primero que los bomberos, como para no perder la costumbre. Cuentan que hubo actos que podríamos llamar heroicos, como extinguir insipientes llamas con un matafuegos, o tratar de sacar a tu pasajera de entre los que antes fue tu auto.
Ahí la dejaste de contar Pedrín.
Puta madre, no te la pudiste coger. Que bronca Corralero. Te reventaste el marote, bien reventado. Reventado como quedo el pobre taxista, que se morfó todo el motor del Falcon. Que fierro el Falcon. Durisimo. Le entro por el capot y le salio por el baúl…un bollo. [...]

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