Vamos a torturar a Soledad aplicándole las 10 reglas de Borges y si queda bien joya, y si no también.cambiamos direcciones, nombres y cosas porque soy un tipo misterioso jajajaajajaj ahh no quiero cojer encima de un lavaropa, no me da la altura y soy muy comodo ;) jajajaja no se para q escribo tanto si nadie lo lee, en fin :) noche de boludez adolescente
El 102 bajaba como una oruga por la Mate de Luna, lleno hasta menos de la mitad, el día comenzaba temprano, las nubes de lluvia de la noche anterior se le escapaban al sol que encandilaría al chofer en media hora. A Pedro no le importaba nada, ni estar medio en pedo un miércoles, ni le daba vergüenza estar entre laburantes que lo miraban medio mal, lo unico que quería era bajarse en la Crisóstomo y Chacabuco, como le indicó el mensaje Blackberry que acababa de entrarle en su 8520. Se la había comido media Salta y comenzaba a hacer historia en Tucumán, pero al flaco no le importaba, ¿a quien le importa algo un miércoles a las cinco y pico de la mañana sentado en un bondi y con un polvo asegurado? Le metía duro los pulgares al qwerty, Marita ya había pasado por sus manos (y por las de varios amigos), pero te dejaba con la leche en los ojos eso de que las chetitas de Tucumán bailen entre ellas toda la joda y no te dejen acercar a mas de dos metros de ellas y ya en pedo se peguen unos picos, y se apoyen, y transpiren…Menos mal que la mina ya había terminado de rendir, o quizá le dijo eso para hacerse la importante o para evitar que él, y todo el mundo confirmase que no estudiaba un carajo y que le gustaba mas la poronga que el dulce de leche. “Estoy en lo de una amiga. Buscáme.”. Se cagó en no tener la chata en Tucumán, eso de tardarse mas tiempo en el bondi era un dolor de huevos, pero agradeció al cielo de que su primo le habia dejado la cancha libre y por supuesto de que Marita estaba libre y dispuesta, aunque ella siempre le hacia un lugarcito a Pedro, aunque estuviera ocupada e indispuesta. De fierro y linda, pero impresentable los domingos en la finca de la abuela, aunque ella no buscaba eso, era libre, una mina que actuaba como vago, fumaba, tomaba y garchaba.
Se avivó cuando el timbre sonó y una señora se bajaba.
-Esta es.-Dijo en voz baja y se apuró en pararse para no perder la parada.
Ahí estaba Marita, sentada en el escalon del drugstore pintado de naranja chillón, justo al lado de la parada, fumándose un pucho, con las piernas cruzadas a la altura de los tobillos, con unas Havaianas con plataforma, unas tetas hermosas y una flor roja de tela, en el pelo casi platinado.
-Al fin.-Le estiró la mano pidiéndole ayuda para pararse, y Pedro le vio la bombacha celeste entre las piernas.
-¿Vamos?
Le sacó un cigarro y caminaron por la Chacabuco, esquivando a casi nadie, nadie anda un miércoles a casi las seis de la mañana por el centro.
-¿Querés desayunar?-Le preguntó cuando pasaron por El Mundo, mas por el olor de las medialunas haciéndose que por caballerosidad.
-No, está bien.
-¿Vas a comer chorizo no más?
Marita se rió, y lo empujó, y caminaron sin decirse nada mas la cuadra que les faltaba para llegar al edificio donde vivía él.
Pedro abrió la puerta de madera del ascensor y ella corrió la de bronce y apretó el 4.
-¿Cuarto era verdad?
No le respondieron porque Pedro se le abalanzó y le metió la mano por debajo de la pollera y le comió la boca. Sintió el sabor de los cigarros que se fumó toda la noche mezclarse con su aliento a fernet y el acuyijo de coca, y también sintió la bombachita celeste que casi no era barrera para esa concha carnosa.
-Sacáte la coca Riesstri.-Le dijo ella cuando corrió las puertas del ascensor y rumbeó entre la oscuridad y las manos de Pedro hacia la puerta que tenia la A.
El depto era un kilombo, todo tenía una buena cantidad de polvo, menos por supuesto, el plasma reluciente y la Play 2 con Kinetck.
-¿Es un consolador esto?-Alzó el control con la bolita roja.
-No, es el jostick de la Play.-Contestó despues de dejar el acuyijo en un vaso y hacer gárgaras con Coca cola.-Ahora vas a jugar con el mío.
-Nos lavemos los dientes.-Dijo acercándosele y dejando que la pollera cayera hasta el parquet sin lustrar.
Rumbearon al final del pasillo totalmente oscuro y en el baño de azulejos verde pálido usaron el mismo cepillo de dientes para sacarse los sabores de la noche.
-Ah, te tengo que enseñar una cosita muy buena.-Ella escupió la espuma.-Anda y prendé el lavarropas, yo ya nomás voy.
Pedro llegó corriendo al lavadero al lado de la cocina, se sacó la bombacha de campo manchada con fernet y tierra, se dio cuenta que tenia el celular y la billetera, así que los buscó en los bolsillos y los dejó arriba del lavarropas, despues se despachó de los boxers y la camisa a cuadros y los metió todos juntos con dos puñados de jabón y cerró la tapa.
-¡Dale cajeta, comenzá a andar pué!-Gritó mientras el agua llenaba al tambor.
-Que lindo culito, como lo extrañaba.
Se dio vuelta y la encontró sin la remerita, solo con su conjunto celeste.
-Santo dios.-dijo despacito y la pija se le paró.
-Ayudáme a subir.-Se le acercó y el lavarropas comenzó a andar.-Dale.
Pedro la levantó de la cintura y ya sentada arriba lo abrazó con esos dos cachos de gambas y lo besó.
-Te da la altura, coréela y metémela.
Manoteó el lavarropa buscando la billetera donde tenía un forro.
-A la Marita se la clava con capucha.-Pensó, pero de pronto sintió como un portazo y Marita se estremeció en sus manos.
-¿Qué ha sido eso?
-No se, dale.-La apuró con la bolsita del forro en la mano.
-No boludo, eso es un tiro.
-¿Qué? Dejate de joder.
-En serio, eso es un tiro, hablá a emergencias.
Se bajó del lavarropas y de la nada ya tenia el Blackberry en las manos y el 08 llamando.
-¡Tomá, habla!
A Pedro no le quedó otra.
-Si mire, lo hablo de la 24 y Junín, he escuchado algo como tiro en el departamento del lado, no se si pueden venir a ver.-Dejó de hablar un segundo.-Es el edificio que está justo en la esquina, arriba del bar, cuarto piso departamento B.-Otra vez se cayó.-No, no se como se llama el dueño, es un viejo que vive solo.-Movía la cabeza con el celular en la oreja y la pija ya dormida.-Muy bien, gracias.-Ya está.
-Eso era un tiro boludo.
Marita estaba asustada y Pedro desnudo con el celular en la mano y la pija mirando al piso.