Seguís viendo a los que son tus amigos, como ya dije, y como también ya dije, los otros se convierten en simple conocidos, que ves de tanto en tanto, mejor dicho de tanto en mucho.
Estos reencuentros sirven para ser compañeros otra vez, aunque sea por una sola noche. Sirven para recordar cosas que ahora son anécdotas, para presumir nuestros logros, perdonar cosas y para comenzar a sentirse viejo.
El quincho tenía globos en sus columnas, y la pileta estaba llena: cuando pegue la cerveza todos van a terminar ahí. Con ropa algún amargo que no se quería tirar, las nenas de bikini y seguramente Pablo desnudo. Aunque se bajó del Sandero de la mano de su novia, se iba a portar bien.
Patri, que distinta la Patri, estaba con su marido, el que se mantenía en silencio mientras su señora hablaba con Melina y con Sole.
Nacho, Marce y el Negro estaban parecidos a lo que eran en la secundaria, aunque Marce abrazaba a una chica y Nacho hablaba divertido con el Negro.
Mica seguía chiquita, pero ahora con anteojos. Aquel rubio seguro que era el novio de Chechu. Si, se reía mucho junto a José, se sabía que eran compañeros en la facultad…Uh José. Estaba gordo: unos bermudas anchos, una remera con dibujos de rugby, ojotas y un reloj distinto al que usaba antes.
Luis estaba igual a José, pero servia bebida en los vasos de dos chicas, que se notaba que no eran del pueblo.
Seba mostraba los pelos del pecho por la camisa hindú y se abrazaba con Andi, y ella le presentaba a Andrés, su novio. Seba llamaba a una tímida chica que salía de un auto y la presentaba como su novia.
Paco ya era policía, lo delataba su corte de pelo, y papá, lo delataba la petisita que amantaba al bebé.
Gaby hablaba a los gritos. Como siempre tratando de llamar la atención con pelotudeces (las de siempre).
Nico, en cuero, hacia las hamburguesas mientras Adri le sacaba fotos. Paola lo miraba de lejos a Agustín, y él a ella.
Anita guiaba a un catamarqueño al baño.
No podía ver a los 25 compañeros juntos. Pero seguro que los iba a saludar a todos.
-¡Hola Emi!. Corría hacia ella Chechu ni bien puso un pie fuera del Daihatsu.
-¡Hola mi amor! Abrazaba Emilia a su amiga de la escuela.
-El es mi novio Beto. Beso. Beso. Entraron los tres al quincho, dejando atrás los autos estacionados sobre el pasto recién cortado.
Beto no se despegaba de su chica, la que feliz saludaba e inmediatamente lo presentaba. El daba la mano o un beso (para las nenas).
-El es Luis. Decía a Beto. -El es mi novio. Decía a Luis, y cambiaban el saludo físico.
-Ella es Alejandra y…ella es mi novia. Traía de la mano a su linda enamorada.
-¿Y vos Ale de quien sos novia?. Preguntaba inocente la recién llegada.
-De José, vos debes ser Emilia…. Respondía la coloradita.
-Un gusto…no sabia que José estaba de novio. Fingía sorpresa.
-Eee. ¿Tan poca esperanza me tenés?. Intervenía abrazando a Alejandra por detrás José.
-¡Hola!. Simple y no muy excitado.
Desde el acto de egresados que no hablaban. Pero cada uno sabia de la vida del otro.
-Vos sos…che Emi presentámelo. Exigía todavía atrás de la santiagueña.
-Aaa…Beto. José. Mano estrechada.
-¿Una cerveza? Fernet hay también. Con una sonrisa ofrecía el ex-novio de su novia.
Se reía, era educado, hablaba, abrazaba gente…estaba cambiado desde la secundaria. Emi lo veía lindo otra vez.
El reloj Tissot, el llaverito de Peugeot que le colgaba del bolsillo. Olia a 212, tan lejos del Kevin, del Montreal y del 1.0. Estaba canchero, pero no agrandado. Era agradable. Suelto.
No había mesa a la cual sentarse, solo había una de plástico donde se asentaban los bowls con lechuga y tomate, los condimentos y los platos descartables. El freezer con cinco cajones de helada cerveza y reencuentro.
Entre las charlas y las rizas, una ronda se iba formando en torno a Pablo, Luis, José y dos guitarras. Wau, ahora tocaban la viola. Cuando Emi y Beto se unieron, se despachaban los muchachos con “De mi corazón al Sur” y unas chacareritas alegres. Entre canción y canción, alguien de la ronda tiraba un aro:
-Aro, aro, aro: En la puerta de mi casa, tengo una plantita de pera, preguntále a tu vieja si quiere ser mi suegra. Y las aijunas alegraban todo. Y “Zamba y acuarela” comenzaba a ser cantada, y bailada por Seba y Anita. El zarandeo terminaba y otra vez el aro, aro, aro.
-Antes de ayer pasé por tu casa y me tiraste con una lapicera. Ayer pasé de vuelta y me tiraste un lápiz. Hoy paso de vuelta pa’ve si me tiras la goma.
La cerveza y el estar juntos otra vez los volvía pendejos de dieciséis. La mayoria nunca dejo de serlo, pero lo controlaban. Lo controlaban cuando preparaban un final, cuando hacían pasantitas, pero bien en el fondo, todos eran unos niños.
Emilia lo veía a José, que tomaba cerveza del pico, pasaba la guitarra, cantaba…tan distinto.
El rock se inmiscuía, el Indio prestaba su rock del país, después una muchacha con ojos de papel los ponía hippies, antes de que una nena diga que son las dos, que vallamos todos al boliche. Y así en patota salieron los compañeritos, solo les faltaba el Barilo’ Barilo.
-Hace años que no salgo así. Yo me voy con los chicos. No me voy a ir todavía.
-Hacé lo que quieras pendeja de mierda. Beto se iba a un lado, Emilia al otro.
Los bailes en la tarima, el reggeton, la cerveza que regaba labios y neuronas. Abrazos, bailes coordinados (y no coordinados) y un amigo es una luz, brillando en la oscuridad.
A las 4, el Zar los manda a dormir a algunos, como a la mayoría de las cansadas novias, como la de José, que con un beso y las llaves del 307, marcho a la casa de la suegra. Los chicos se fueron “a hacer el after” en el quincho. Sobraban birras y una pileta sin chapuzones.
La cumbia salía del auto del Negro, Pablo ya se tiraba desnudo a la pileta y lo seguían (con pudoroso bikini) Chechu, Gaby y la novia de Seba.
Luis y José zapaban Floyd ante Agustín, Sole y Emi, y se pasaban un porro que alguien había conseguido por ahí.
-Gordo, Wish You Were Here. Proponía cómplice Luis.
A vivir sueños y dejar de vivir de ellos pensó el gordito de ojotas.
-Bueno querida audiencia, pásenme ese caño, así largamos mas entonados el momento lacrimógeno de la noche. La vista se pone borrosa por un segundo con la seca y los musculos se relajan. Un trago de birra fría para bajar el humo.
-Mi ingles es malo, apenas hablo castellano, pero esta canción es buenísima. “Te Extraño” para algunos, “Quisiera que estuvieras acá’ para otros”.
El punteo hizo cerrar ojos.
So, So you think you can tell Heaven from Hell,blue skies from pain.Can you tell a green field from a cold steel rail?A smile from a veil?Do you think you can tell?And did they get you trade your heroes for ghosts?Hot ashes for trees? Hot air for a cool breeze?Cold comfort for change? And did you exchangea walk on part in the war for a lead role in a cage?How I wish, how I wish you were here.We're just two lost souls swimming in a fish bowl,year after year,running over the same old ground. What have we found?The same old fears,wish you were here.
Emilia no entendió nada, pero José vivía un sueño, y ya que estaba iba a vivirlo del todo. Volvieron al 2004, cuando esa canción no tenía mucho sentido, pero gustaba porque algún día lo tendría. Volvieron tantos kilómetros, tantas noches de estudio interrumpidas para escuchar los cuatro minutos de esta canción, para soñar. Para añorar.
-Mi Caramelo vieja…
Que linda que estás, sos un caramelote veo en el recreo y me vuelvo loco,todas las cosas que me gustan, tienen tu caray espero los asaltos, así juego a la botellita con vos,mi bomboncito.Que excitante que estás, tendrías que saberloesa cola es la manzana más buscada,y esos senos el alimento de mi creación,quisiera arrancarte un día y morirme en un telo con vos...o quizás en un auto.Han pasado cinco años, asumiste las cosashace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo,hay una especie de simbiosis, lo dijo mi psicólogaharía bien a la terapia alejarme un tiempo...unos setenta años.Como estás querida tengo esposa e hijosde ves en cuando hablo con ella y hasta hago el amor,no es que quiera molestarte, pero me es imprescindiblesentarme en un café, y soñar un poco...y tal vez amarnos.Y ha pasado mi hora, quién robo mis años,cambio a toda esta familia por un segundo con vos,si te veo ahora, aunque termine en un hospicio,tomo una botella...y juego a la botellita con vos.
Después de jugar a ser Cordera, dejó la viola a un lado, se hundió en la silla, y si bien cambiaría todo por un segundo con ella, todo era distinto. Los kilómetros físicos y los temporales mutan a todos, y una noche por mas decembrina, calida y romántica no cambia las historias. Emilia era pasado para José, José era pasado para Emilia.
Se paró, y sin sacarse remera, celular o billetera, se tiro a la pileta. Las ojotas flotaron a su lado. Emi lo veía. También quiso volver a 5to año. Pero no. Las historias de amor son para canciones, no para la vida.
uno completo q estoy contento jajajXD
31/5/09
24/5/09
Syd Vicious: God save the heroine.
You were my little baby girl
And I knew all your fears
Such joy to hold you in my arms
And kiss away your tearsBut now you're gone
There's only painAnd nothing
I can do
And I don't want to live this lifeIf
I can't live for you.
Eso estaba escrito en el papel que su mama encontró dentro de la chaqueta de cuero. Además de ese poema para su novia muerta (asesinada para algunos), su mama lo encontró a él dentro de la campera y tirado en el piso. Era el 2 de febrero de 1979, syd estaba muy frío, con un aurea rosada alrededor, pero muy muerto.
La heroína que no se lo llevo a Luca, se lo llevo a Jhon Simon Ritchie, de 21 años, ingles, punk y enamorado. Quizás no se llamaba Jhon, pero quedaba gracioso que los cuatro Pistols se llamen igual, así que es probable que Simon se haya agregado el “Juan” adelante. Cosas de marketing.
La leyenda cuenta que lo cremaron con sus botas, seguro unos Dr. Marten, y la campera de cuero punk.
A Jhon lo apodaron Syd Vicious porque era malvado, un punk de alma, que todo le importaba un carajo y lo único que quería era reventarse, meterse heroína y estar con Nancy, su grupie-puta-novia-victima, y para muchos también su asesina. Dicen que ella lo hizo heroinómano. Otra versión de la historia, señalan al Pistol Johnny Thunders como el iniciador.
Syd nació un 10 de febrero en Londres y su papá era un militar, uno de esos soldados que hacen guardia en el Palacio de Bukinham con esos sombreros ridículos. Su mamá era una drogona de mierda. Lamentablemente Syd sacó lo peor, lo crió solo mamá, ya que papá simplemente desapareció. De Londres se mudaron un tiempo a Ibiza, y se ganaban los porotos vendiendo droga, después volvieron a la tierra del cebiche con papas, a Kent para ser más exactos, porque mamá Anne se había enganchado un tipo en el 65, el que murió unos meses después.
En el 71 volvieron a Londres, donde alquilaron un departamento chiquito en un barrio del este, y Simon ingreso al The Sandown Court College, donde conoció a Jhon Lydon, quien ya era el Johnny Rotten, de los Sex Pistols, y Syd uno de los fanáticos mas conocidos (vivía con la banda) y tocaba en The Flowers of Romance junto a uno de los The Clash. Por esas épocas Simon toco la bata con otra banda en el 100 Club Punk Festival, todo un hito en la historia punk.
Según las biografías, el tipo era tranquilo, tímido y un poco anti-social…yo diría que a-social, como buen punk, dicen que robaba a viejitos y mordía hámster y quería cagar a palos a “gente importante”, como un DJ de la BBC radio o a algún que otro presentador de programas en vivo o reporteros gráficos, además de terminar los shows todo sangrado.
A los Pistols llego con 19 años, después de que rajaran al antiguo bajista.
Es un poco triste que los Sex Pistols, uno de los máximos exponentes del punk adolescente y marginal, se haya formado por un promotor, el Sr. Mclaren, dueño de un sex shop que recluto uno a uno a los chicos, les dio los equipos los mando a la escena y a firmar con Virgin.
Entro mas por facha y actitud que por destreza con el bajo, en realidad “le tocaba” el bajo un cesionista que se escondía tras bambalinas. Es triste del todo que la banda mas anti-establishment, censurada, escupidora, de trabas de gancho y de svásticas, haya tenido por detrás a hijos de puta que curraban con el sistema, las giras, los discos, los hoteles caros.
La fama crecía y un disco llego a los oídos de una chica bien de Philadelphia, que decidió cojerse un Sex Pistols y viajo a Londres para hacerse gruppie…a y prostituirse.
Se llamaba Nancy Spungen y conoció a Syd en noviembre de 1977, se enamoraron. Si se enamoraron, pero al estilo punk. Heroína, puteadas, ella metida en el medio de la banda y Syd cada vez mas violento e insoportable para con sus compañeros. Todo con olor a cerveza, escupidas amistosas o no, y mohacks.
Esto es sorprendentemente rápido, pero ser viejo no es punk y las leyendas son cortas: en el 78 se le dio lo que toda banda inglesa sueña: el “american tour”. Los Pistols cruzaron el charco con Nancy a cuestas y con Syd pelotudamente enamorado.
Todo termino en un concierto en el Winterland Ballroom de San Francisco. Una imagen para la historia del rock. Se suben al escenario, Rotten se toma una cerveza y dice algo como “vamos a tocar tal tema, esta es la ultima vez, fuck you”. Pogo de 3 minutos. Y Good bye.
Su novia muto en representante, y Syd toco como invitado con varias bandas punk que crecían, era el comienzo de su final.
La habitación 100 Hotel Chelsea en Nueva York circunstancialmente se había convertido en la escena del crimen. Era octubre y Syd llamo alarmado al conserje. Su amada estaba muerta y la sangre le brotaba por un tajo de cuchillo.
Syd no se acordaba nada, estaba muy drogado.
Había pasado un año y chirola hasta eso.
Nunca se esclareció del todo el tema: que entraron, robaron y la mataron, que syd le metió un par de puñaladas con su gran cuchillo de caza, el caso es que Simon quedo en cana y Virgin pago los treinta mil dólares de fianza, con la promesa de que Syd iba a grabar unos covers junto a los Pistols (menos Rotten, obvio).
Cuatro meses después volvió a la Isla y como para no perder la costumbre, se fue de joda.
Estaba hecho mierda, Nancy era su gran amor y no podía vivir sin ella.
Las madres son madres, tienen ese sentido de complacencia con sus hijos que por ahí es enfermizo…idish mame, una mama árabe, una latina o una mama inglesa, todas…la mama de Syd fue la que le compro a su hijito la dosis heroína que lo iba a matar.
Tenia 21 años y en su bolsillo un ultimo verso para su amada Nancy: “Tu fuiste mi pequeña bebita. Yo conocí todos tus miedos, busque la alegría abrazándote con mis brazos y besando tus lágrimas. Pero ahora te has ido. Solo hay dolor y nada que yo pueda hacer. Yo no quiero vivir esta vida si no puedo vivirla por ti. A mi bebita, nuestro amor nunca morirá.”.
Lo cremaron y Anne tiro sus cenizas sobre la tumba de Nancy. Fuck you!
And I knew all your fears
Such joy to hold you in my arms
And kiss away your tearsBut now you're gone
There's only painAnd nothing
I can do
And I don't want to live this lifeIf
I can't live for you.
Eso estaba escrito en el papel que su mama encontró dentro de la chaqueta de cuero. Además de ese poema para su novia muerta (asesinada para algunos), su mama lo encontró a él dentro de la campera y tirado en el piso. Era el 2 de febrero de 1979, syd estaba muy frío, con un aurea rosada alrededor, pero muy muerto.
La heroína que no se lo llevo a Luca, se lo llevo a Jhon Simon Ritchie, de 21 años, ingles, punk y enamorado. Quizás no se llamaba Jhon, pero quedaba gracioso que los cuatro Pistols se llamen igual, así que es probable que Simon se haya agregado el “Juan” adelante. Cosas de marketing.
La leyenda cuenta que lo cremaron con sus botas, seguro unos Dr. Marten, y la campera de cuero punk.
A Jhon lo apodaron Syd Vicious porque era malvado, un punk de alma, que todo le importaba un carajo y lo único que quería era reventarse, meterse heroína y estar con Nancy, su grupie-puta-novia-victima, y para muchos también su asesina. Dicen que ella lo hizo heroinómano. Otra versión de la historia, señalan al Pistol Johnny Thunders como el iniciador.
Syd nació un 10 de febrero en Londres y su papá era un militar, uno de esos soldados que hacen guardia en el Palacio de Bukinham con esos sombreros ridículos. Su mamá era una drogona de mierda. Lamentablemente Syd sacó lo peor, lo crió solo mamá, ya que papá simplemente desapareció. De Londres se mudaron un tiempo a Ibiza, y se ganaban los porotos vendiendo droga, después volvieron a la tierra del cebiche con papas, a Kent para ser más exactos, porque mamá Anne se había enganchado un tipo en el 65, el que murió unos meses después.
En el 71 volvieron a Londres, donde alquilaron un departamento chiquito en un barrio del este, y Simon ingreso al The Sandown Court College, donde conoció a Jhon Lydon, quien ya era el Johnny Rotten, de los Sex Pistols, y Syd uno de los fanáticos mas conocidos (vivía con la banda) y tocaba en The Flowers of Romance junto a uno de los The Clash. Por esas épocas Simon toco la bata con otra banda en el 100 Club Punk Festival, todo un hito en la historia punk.
Según las biografías, el tipo era tranquilo, tímido y un poco anti-social…yo diría que a-social, como buen punk, dicen que robaba a viejitos y mordía hámster y quería cagar a palos a “gente importante”, como un DJ de la BBC radio o a algún que otro presentador de programas en vivo o reporteros gráficos, además de terminar los shows todo sangrado.
A los Pistols llego con 19 años, después de que rajaran al antiguo bajista.
Es un poco triste que los Sex Pistols, uno de los máximos exponentes del punk adolescente y marginal, se haya formado por un promotor, el Sr. Mclaren, dueño de un sex shop que recluto uno a uno a los chicos, les dio los equipos los mando a la escena y a firmar con Virgin.
Entro mas por facha y actitud que por destreza con el bajo, en realidad “le tocaba” el bajo un cesionista que se escondía tras bambalinas. Es triste del todo que la banda mas anti-establishment, censurada, escupidora, de trabas de gancho y de svásticas, haya tenido por detrás a hijos de puta que curraban con el sistema, las giras, los discos, los hoteles caros.
La fama crecía y un disco llego a los oídos de una chica bien de Philadelphia, que decidió cojerse un Sex Pistols y viajo a Londres para hacerse gruppie…a y prostituirse.
Se llamaba Nancy Spungen y conoció a Syd en noviembre de 1977, se enamoraron. Si se enamoraron, pero al estilo punk. Heroína, puteadas, ella metida en el medio de la banda y Syd cada vez mas violento e insoportable para con sus compañeros. Todo con olor a cerveza, escupidas amistosas o no, y mohacks.
Esto es sorprendentemente rápido, pero ser viejo no es punk y las leyendas son cortas: en el 78 se le dio lo que toda banda inglesa sueña: el “american tour”. Los Pistols cruzaron el charco con Nancy a cuestas y con Syd pelotudamente enamorado.
Todo termino en un concierto en el Winterland Ballroom de San Francisco. Una imagen para la historia del rock. Se suben al escenario, Rotten se toma una cerveza y dice algo como “vamos a tocar tal tema, esta es la ultima vez, fuck you”. Pogo de 3 minutos. Y Good bye.
Su novia muto en representante, y Syd toco como invitado con varias bandas punk que crecían, era el comienzo de su final.
La habitación 100 Hotel Chelsea en Nueva York circunstancialmente se había convertido en la escena del crimen. Era octubre y Syd llamo alarmado al conserje. Su amada estaba muerta y la sangre le brotaba por un tajo de cuchillo.
Syd no se acordaba nada, estaba muy drogado.
Había pasado un año y chirola hasta eso.
Nunca se esclareció del todo el tema: que entraron, robaron y la mataron, que syd le metió un par de puñaladas con su gran cuchillo de caza, el caso es que Simon quedo en cana y Virgin pago los treinta mil dólares de fianza, con la promesa de que Syd iba a grabar unos covers junto a los Pistols (menos Rotten, obvio).
Cuatro meses después volvió a la Isla y como para no perder la costumbre, se fue de joda.
Estaba hecho mierda, Nancy era su gran amor y no podía vivir sin ella.
Las madres son madres, tienen ese sentido de complacencia con sus hijos que por ahí es enfermizo…idish mame, una mama árabe, una latina o una mama inglesa, todas…la mama de Syd fue la que le compro a su hijito la dosis heroína que lo iba a matar.
Tenia 21 años y en su bolsillo un ultimo verso para su amada Nancy: “Tu fuiste mi pequeña bebita. Yo conocí todos tus miedos, busque la alegría abrazándote con mis brazos y besando tus lágrimas. Pero ahora te has ido. Solo hay dolor y nada que yo pueda hacer. Yo no quiero vivir esta vida si no puedo vivirla por ti. A mi bebita, nuestro amor nunca morirá.”.
Lo cremaron y Anne tiro sus cenizas sobre la tumba de Nancy. Fuck you!
10/5/09
6
6
Si te la pasas jugando déle chapotear en el barro medio podrido, o te la pasas sufriendo por las putas inundaciones, no podes ser muy sano que digamos.
Cuando él se enfermaba era jodido todo. La primera vez que se enfermó se asustó un poco, sentía que el pecho se le cerraba y el pitido de los pulmones metía miedo en serio. Ni hablar de la tos que lo tenía despierto toda la noche.
Esa vez su mamá lo levanto tempranito y le puso el joggin y el polar nuevos. Era de de noche todavía, y cargando en un brazo a la colchita blanca donde se envolvía el bebé y en la otra una bolsa de plástico y la pequeña mano de él, salieron al hospital de niños.
Del colectivo se bajaron en la Plaza San Martín, cruzaron la calle y se metieron por un camino que tenia a sus costados dos calesitas, mudas y quietas. Tan mudas y quietas que el Pluto amorfo y despintado metía miedo, y ni hablar de Pepe Grillo. Le habría gustado ponerles nombres, pero en esas épocas de Disney ya ni se lo conocía a Mickey.
Los pasillos eran largos, y la gente se sentaba en los bancos y hasta en el piso. Había mucha gente y todos estaban callados, con cara de sueño y de tristeza. Esperando y esperando mucho. Quizás por eso le llaman pacientes.
Su mamá se sentó en un banco después de sacar un papelito y él se sentó a su lado, apoyando la cabeza en el brazo, estaba cansado.
Unos sacudones lo despertaron. Cuando termino de despabilarse, estaba sentado en una camilla, en cuero y respirando con la boca abierta. Le dio un poco de vergüenza, porque una chica, muy linda, muy rubia y muy buena, le apoyaba una oreja en su espalda. Bronquitis. Invierno de mierda. Todas las estaciones terminan siendo una mierda para el pobre. Que en el invierno te enfermas de bronquitis, que en el verano te inundas, que en el otoño sale el dengue, que en la primavera lo que sea, algo siempre va ha haber.
La doctora buenita, le dio un Recetario Solidario, y le regalo un Ventolin, pero del gris, de los genéricos, que se haga un paf antes de dormir, y otro al despertarse y que tome las pastillas cada 12 horas. Las pastillas no se la regaló, y estaban caras. Tendría que darse vuelta con el paf y evitando el frío. ¿Pero como vas a aguantarte sin hacer nada? Imposible. Él tenia los huevos suficientes para mancarse el frió, además, repartía mas estampitas si pegaba un par de tosidas. Decí que el invierno acá es cortito, el calor se soporta mejor que el frío.
me cago en todo!!!:D
Si te la pasas jugando déle chapotear en el barro medio podrido, o te la pasas sufriendo por las putas inundaciones, no podes ser muy sano que digamos.
Cuando él se enfermaba era jodido todo. La primera vez que se enfermó se asustó un poco, sentía que el pecho se le cerraba y el pitido de los pulmones metía miedo en serio. Ni hablar de la tos que lo tenía despierto toda la noche.
Esa vez su mamá lo levanto tempranito y le puso el joggin y el polar nuevos. Era de de noche todavía, y cargando en un brazo a la colchita blanca donde se envolvía el bebé y en la otra una bolsa de plástico y la pequeña mano de él, salieron al hospital de niños.
Del colectivo se bajaron en la Plaza San Martín, cruzaron la calle y se metieron por un camino que tenia a sus costados dos calesitas, mudas y quietas. Tan mudas y quietas que el Pluto amorfo y despintado metía miedo, y ni hablar de Pepe Grillo. Le habría gustado ponerles nombres, pero en esas épocas de Disney ya ni se lo conocía a Mickey.
Los pasillos eran largos, y la gente se sentaba en los bancos y hasta en el piso. Había mucha gente y todos estaban callados, con cara de sueño y de tristeza. Esperando y esperando mucho. Quizás por eso le llaman pacientes.
Su mamá se sentó en un banco después de sacar un papelito y él se sentó a su lado, apoyando la cabeza en el brazo, estaba cansado.
Unos sacudones lo despertaron. Cuando termino de despabilarse, estaba sentado en una camilla, en cuero y respirando con la boca abierta. Le dio un poco de vergüenza, porque una chica, muy linda, muy rubia y muy buena, le apoyaba una oreja en su espalda. Bronquitis. Invierno de mierda. Todas las estaciones terminan siendo una mierda para el pobre. Que en el invierno te enfermas de bronquitis, que en el verano te inundas, que en el otoño sale el dengue, que en la primavera lo que sea, algo siempre va ha haber.
La doctora buenita, le dio un Recetario Solidario, y le regalo un Ventolin, pero del gris, de los genéricos, que se haga un paf antes de dormir, y otro al despertarse y que tome las pastillas cada 12 horas. Las pastillas no se la regaló, y estaban caras. Tendría que darse vuelta con el paf y evitando el frío. ¿Pero como vas a aguantarte sin hacer nada? Imposible. Él tenia los huevos suficientes para mancarse el frió, además, repartía mas estampitas si pegaba un par de tosidas. Decí que el invierno acá es cortito, el calor se soporta mejor que el frío.
me cago en todo!!!:D
5/5/09
4
4
La democracia no lo cura, no lo educa, ni lo alimenta. A ella no le sirve si esta sano, educado y sin hambre. Lo hace necesitado, necesitado de ella, necesitado de lo que ella da, necesitado del fideo deshidratado, del litro de aceite, de la “solución habitacional” y de la anti gripal, si tiene la suerte de elecciones invernales.
Desde chiquito su mamá lo arrastró al hipódromo o a la plaza, a esos lugares donde llegaba en el colectivo medio destartalado, atosigado de risotadas y de remeras parecidas. Hasta a él le ponen una vincha y le regalan una banderita celeste y blanca. Es mas, aprende a vitorear nombres, con el mismo tono del cantito de Boca que le enseñó su papá.
Hay mucha gente, muchos carteles, mucho vino. Hay alegría. Alegría por la comida gratis y por los cien pesos de, digamos, entrada revertida. En pocos lugares te pagan para que entrés, esta bueno.
Su mamá esta conversando con otras señoras, y él aprovecha para jugar un poco con los otros chicos. Juega a la pilladita o a la pelota con una latita aplastada, todo sirve para esperar a que llegue a quien esperan.
Hay gente que habla por megáfonos y que trata de organizar semejante kilombo. “Los de Campos a la izquierda, adelante. Los de Orellana al medio.” Va a ser fácil ubicar a mamá, esta entre las de remera blanca y gorra naranja.
Podía acercarse al vallado, cosa de verla bien baje del helicóptero. Que emoción, quizás le de un beso y hasta un billete. A ella había que aplaudirla esta vuelta. Para eso estamos acá. Y así, como lo piensa un chico de cuatro años, lo piensan los de 20, 30, 60.
No le dan lo que se merece, no dan lo que le prometen en esos actos a los que lo lleva su mamá, y él no entiende nada, él juega a la pilladita, el se abalanza contra la barrera, aplaude…que carajo sabe de socialismo, que carajo sabe de democracia, que va a saber de retenciones, que va a entender lo que dice esa señora entre tanto ruido. Aplaude. Incluso lo aplaudiría a Galtieri diciendo sus estupideces. Aplaude porque lo llevan para eso, porque le dan una gaseosa de dos litros solo para él, porque se comió dos choripanes y se guardo en una bolsa otro. Hoy no iba a salir a trabajar, tenia el estomago lleno.
La democracia no lo cura, no lo educa, ni lo alimenta. A ella no le sirve si esta sano, educado y sin hambre. Lo hace necesitado, necesitado de ella, necesitado de lo que ella da, necesitado del fideo deshidratado, del litro de aceite, de la “solución habitacional” y de la anti gripal, si tiene la suerte de elecciones invernales.
Desde chiquito su mamá lo arrastró al hipódromo o a la plaza, a esos lugares donde llegaba en el colectivo medio destartalado, atosigado de risotadas y de remeras parecidas. Hasta a él le ponen una vincha y le regalan una banderita celeste y blanca. Es mas, aprende a vitorear nombres, con el mismo tono del cantito de Boca que le enseñó su papá.
Hay mucha gente, muchos carteles, mucho vino. Hay alegría. Alegría por la comida gratis y por los cien pesos de, digamos, entrada revertida. En pocos lugares te pagan para que entrés, esta bueno.
Su mamá esta conversando con otras señoras, y él aprovecha para jugar un poco con los otros chicos. Juega a la pilladita o a la pelota con una latita aplastada, todo sirve para esperar a que llegue a quien esperan.
Hay gente que habla por megáfonos y que trata de organizar semejante kilombo. “Los de Campos a la izquierda, adelante. Los de Orellana al medio.” Va a ser fácil ubicar a mamá, esta entre las de remera blanca y gorra naranja.
Podía acercarse al vallado, cosa de verla bien baje del helicóptero. Que emoción, quizás le de un beso y hasta un billete. A ella había que aplaudirla esta vuelta. Para eso estamos acá. Y así, como lo piensa un chico de cuatro años, lo piensan los de 20, 30, 60.
No le dan lo que se merece, no dan lo que le prometen en esos actos a los que lo lleva su mamá, y él no entiende nada, él juega a la pilladita, el se abalanza contra la barrera, aplaude…que carajo sabe de socialismo, que carajo sabe de democracia, que va a saber de retenciones, que va a entender lo que dice esa señora entre tanto ruido. Aplaude. Incluso lo aplaudiría a Galtieri diciendo sus estupideces. Aplaude porque lo llevan para eso, porque le dan una gaseosa de dos litros solo para él, porque se comió dos choripanes y se guardo en una bolsa otro. Hoy no iba a salir a trabajar, tenia el estomago lleno.
1/5/09
Carita triste 2
2
La vida en general es dura. Desde chiquitos nos damos con el mundo de geta y lo sufrimos al muy hijo de puta hasta que nos morimos. De ahí en adelante no se que pasara.
La niñez suele ser para muchos una panacea rosa (o celeste) de cuentos de Blancanieves, jardines de infantes, caramelos y del Ratón Pérez y los Reyes Magos, aunque siempre la sufrimos un poco…que somos gordos, que tenemos las orejas grandes, que somos muy rubios, o muy morochos, que yo tengo el Rambo que vos no tenès. Si, lo normal digamos, eso normal que nos lleva a años y años de terapia, seamos sinceros.
Pero qué pasa con los que no vivieron una niñez así, con los que viven su infancia hurgando la basura, vendiendo mentitas o repartiendo estampitas, con las patas descalzas y durmiendo en una cama de una plaza con otro hermano. Si, ahí la niñez no debe ser una panacea de ningún color, Blancanieves no existe y los Reyes…que se yo, como carajo vas a darte cuenta cual regalo te dejaron, si no tenès tus zapatillas sobre él. Extraño ¿no?
Extraño quizás como cuando la gente se da cuenta de éstas infancias. Extraño como esa vez que una pareja joven le invitó un sanguche y una Coca, y lo sentaron en su mesa en vez de comprarle unas mentitas o dejarle una moneda por la estampita.
¿Por que?, bueno, imaginémonos que son dos buenos cristianos que ayudan al prójimo dándole una probadita de un sanguche bien hecho. O que creen que la moneda se va a transformar en vino para el padre, o quizás que lo agarraron y lo pusieron en el medio de ellos para evitar tener que soportarse hablando: ella de las calorías que tenia la pizza, y el en su nube de pedos de los caballos peruanos y de los frenos que se gastan rápido en las S-10. O quizás le compraron comida para interrogarlo, a fin de darse cuenta por ellos mismos de la realidad que viven otros, y de ahí, comentarla muy afligidos con sus amigos en el gimnasio o en el bar, todo para terminar echándole la culpa al gobierno y agradeciendo a dios de que no les tocó a ellos.
Un sanguche de milanesa completo y una Coca helada son suficiente morfina como para soportar la tortura de estos dos pelotudos de Barrio Norte, los que se informaban de primera fuente de que si, si dormía con su hermano en una cama chiquita y que además de ese hermano había cinco mas. Que nunca había ido al medico y que en invierno hacia ruidos raros cuando respiraba, y además, no se lavaba los dientes todos los días, que no sabia que eso era importante a su edad, justo ahora que estaba creciendo. Que no, que no iba al jardincito y se enteraba, de los que le pagaban su sanguche, que la educación es la única riqueza de los pobres, que si no aprendía a leer, contar, sumar y que 2π por radio al cuadrado le daría el volumen de la esfera, iba a terminar cartoneando y sin dientes, y quizás en la cana, donde muchas cosas feas pasan.
Pero no es culpa tuya. Dios te ayuda, porque El ayuda a los que mas necesitan. ¿Por qué no te terminaste el sanguche? Y si, se llenan rápido cuando no están acostumbrados a comer, envolvedlo, llévaselo a tus hermanitos, tomá, tomá lleváte también lo que me sobró a mi. Pobrecito. Me rompió el corazón.
La vida en general es dura. Desde chiquitos nos damos con el mundo de geta y lo sufrimos al muy hijo de puta hasta que nos morimos. De ahí en adelante no se que pasara.
La niñez suele ser para muchos una panacea rosa (o celeste) de cuentos de Blancanieves, jardines de infantes, caramelos y del Ratón Pérez y los Reyes Magos, aunque siempre la sufrimos un poco…que somos gordos, que tenemos las orejas grandes, que somos muy rubios, o muy morochos, que yo tengo el Rambo que vos no tenès. Si, lo normal digamos, eso normal que nos lleva a años y años de terapia, seamos sinceros.
Pero qué pasa con los que no vivieron una niñez así, con los que viven su infancia hurgando la basura, vendiendo mentitas o repartiendo estampitas, con las patas descalzas y durmiendo en una cama de una plaza con otro hermano. Si, ahí la niñez no debe ser una panacea de ningún color, Blancanieves no existe y los Reyes…que se yo, como carajo vas a darte cuenta cual regalo te dejaron, si no tenès tus zapatillas sobre él. Extraño ¿no?
Extraño quizás como cuando la gente se da cuenta de éstas infancias. Extraño como esa vez que una pareja joven le invitó un sanguche y una Coca, y lo sentaron en su mesa en vez de comprarle unas mentitas o dejarle una moneda por la estampita.
¿Por que?, bueno, imaginémonos que son dos buenos cristianos que ayudan al prójimo dándole una probadita de un sanguche bien hecho. O que creen que la moneda se va a transformar en vino para el padre, o quizás que lo agarraron y lo pusieron en el medio de ellos para evitar tener que soportarse hablando: ella de las calorías que tenia la pizza, y el en su nube de pedos de los caballos peruanos y de los frenos que se gastan rápido en las S-10. O quizás le compraron comida para interrogarlo, a fin de darse cuenta por ellos mismos de la realidad que viven otros, y de ahí, comentarla muy afligidos con sus amigos en el gimnasio o en el bar, todo para terminar echándole la culpa al gobierno y agradeciendo a dios de que no les tocó a ellos.
Un sanguche de milanesa completo y una Coca helada son suficiente morfina como para soportar la tortura de estos dos pelotudos de Barrio Norte, los que se informaban de primera fuente de que si, si dormía con su hermano en una cama chiquita y que además de ese hermano había cinco mas. Que nunca había ido al medico y que en invierno hacia ruidos raros cuando respiraba, y además, no se lavaba los dientes todos los días, que no sabia que eso era importante a su edad, justo ahora que estaba creciendo. Que no, que no iba al jardincito y se enteraba, de los que le pagaban su sanguche, que la educación es la única riqueza de los pobres, que si no aprendía a leer, contar, sumar y que 2π por radio al cuadrado le daría el volumen de la esfera, iba a terminar cartoneando y sin dientes, y quizás en la cana, donde muchas cosas feas pasan.
Pero no es culpa tuya. Dios te ayuda, porque El ayuda a los que mas necesitan. ¿Por qué no te terminaste el sanguche? Y si, se llenan rápido cuando no están acostumbrados a comer, envolvedlo, llévaselo a tus hermanitos, tomá, tomá lleváte también lo que me sobró a mi. Pobrecito. Me rompió el corazón.
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