Azafatas y Nano

{...}“Bienvenidos al servicio de Flecha Bus. En este momento partimos de la terminal de Córdoba, teniendo por destino la terminal de Nequen, en la provincia homónima. Tanto yo como los demás miembros del equipo estamos a su disposición y haremos lo posible para su comodidad. En el baño no podrán arrojarse desechos sólidos, y por higiene, este quedara anulado cinco minutos antes de las comidas, durante las comidas, y cinco minutos después de las mismas. Mi nombre es Mariela y le deseamos un buen viaje”.
La voz era la de la chica que hacia cinco minutos había repartido almohadas, mantas y sonrisas. Una por pasajero. Estaba linda, tenia buenas gambas y una pollerita azul oscura que las dejaba bien expuestas a pesar del nylon que las cubría del frió de junio. Pelo rubio (de farmacia) recogido, camisa blanca abierta a discreción y el pañuelo del cuello que tapaba todo lo que se podía anhelar ver entre la garganta y el pupo.
Se le notaba que era una mina humilde, o sea una más de las chicas que termina el secundario en cualquier escuela pública, en alguna de esas que antes del nombre tienen un número. Nunca corbata escocesa, ni pollera sexy, solo delantal cortito y rimel para presumir. Una azafata de bondi, bastante lejos de esas de Iberia o American. Seguro que nacer en un barrio y medir mucho menos de uno setenta le impidieron ir por aire. Igual estaba bastante comestible, los dientes un poco desparejos no son obstáculo para nada la puta madre. “Hola, ¿Coca o Sprite?” Me ofreció del canastito que tenia entre las piernas. Hice que me llenara de Sprite mi vasito de telgopor, un poco por el negro cordobés, un poco porque dije lo primero que se me vino a la cabeza, estaba distraído con sus tetitas.{...}

Azafaaaaaaataaaaaassssssssssss

adolfo, aburrido